Punto de vista
Rubén Israel es sinónimo de proceso en Barcelona
Para tener éxitos en el fútbol es indispensable tener un proceso. En esta palabra reposan muchas cualidades que deben ser las encargadas de generar que los deseos se cumplan, y no es tan así. Para llevar a cabo una planificación correcta y con el tiempo esperar frutos, primero se debe tener muy claras las metas y la forma de cómo se arriba a ellas. Normalmente los directivos tienen urgencias y se despreocupan de áreas muy importantes buscando el éxito inmediato sin pensar en las consecuencias o simplemente hipotecando el futuro de los clubes. El patrimonio de cada institución está separado en algunas ramas, como son su historia y todo lo que ella significa en sus hinchas; sus instalaciones, ese lugar sagrado donde el adepto se siente como en su segunda casa; y por último, los deportistas que los representan cada fin de semana. En Ecuador, pocos clubes trabajan seriamente en divisiones inferiores para producir futbolistas que sean vendidos y solventen los destinos del club. Las urgencias económicas están generando que muchos jóvenes administradores tomen la iniciativa de imitar a potencias futbolísticas donde se invierte mucho dinero en la cantera. Pero este trabajo debe ir de la mano con la cara visible del equipo, que naturalmente es el entrenador principal, quien debe estar compenetrado en esta planificación. Hoy son escasos los técnicos que tienen el aval de la comisión directiva para poder trabajar e ir dejando capital humano con proyección a futuro. Emelec tiene el orgullo de tener esta virtud dentro de sus directrices, ya que muchos futbolistas jóvenes que arribaron al plantel profesional generaron dividendos importantes que sostienen la economía del equipo, y habla muy bien del legado que está dejando su entrenador con el respaldo de un presidente visionario.
Del otro lado de la vereda considero que, sin darse cuenta, encontraron a la persona idónea para intentar realizar este mismo trabajo, y ese hombre es Rubén Israel. Barcelona, más allá de los éxitos venideros o no en el torneo local, necesita confiar en un plan a largo plazo al mando del adiestrador uruguayo, si pretende sanear su maltratada economía. Es de vital importancia que los esquemas se respeten más allá de la dirigencia que asuma en el club, y seguramente, con el pasar del tiempo, el amado equipo amarillo volverá a ser una potencia.