En esta época del año es frecuente escuchar que Barcelona ya perdió la temporada, que debe pensar en la próxima y que el entrenador ya cumplió un ciclo: que debe irse y venir uno que le dé una idea clara al equipo, que por ahora no juega a nada. El técnico puede llamarse Insúa, Costas, Luna, Solari, Marchetta, Llop o Israel, y no importa si quedó campeón anteriormente, como en el caso de los dos primeros, pero si el equipo no se ubica entre los primeros tres del campeonato se pedirá su cabeza. Yeso es lo que ocurre en el club que hoy cumple 90 años de fundación sin tener el título en sus manos y, al parecer, lejos de conquistar el de 2015. Mientras unos dicen que Barcelona tiene el mejor plantel del fútbol ecuatoriano, pero no tiene un DT de jerarquía que potencie los recursos, otros creen que el club no cuenta con jugadores de calidad y aspira a poco. Una lectura equilibrada del tema nos arroja una explicación del ni buen ni mal momento del conjunto amarillo. Barcelona tiene una buena base de jugadores, que si llega a ser reforzada podría conseguir mejores resultados. De no ser así, el equipo seguirá peleando por puestos de mitad de tabla, justamente donde está (es sexto). Si a Banguera, Velasco, Perlaza, Oyola, Vega, Alemán y Blanco se le suman jugadores de renombre, como Walter Ayoví, Michael Arroyo (por los cuales la dirigencia ha mostrado interés para la segunda etapa)y un par más, el cuadro ‘canario’ podrá, al menos, apostar a pelear la corona. Nazareno, Lamas, Checa, Esterilla, Frezzotti, Colón y De Jesús tendrían que exigirse más para ganarse un puesto de titulares o para seguir en el plantel, especialmente en el caso de los extranjeros, que normalmente tienen menos estabilidad laboral que los nacionales. Si se va Israel -el contrato se le termina en junio- y los dirigentes deciden contratar a Matías Almeyda, Martín Palermo o como se llame, poco cambiará si no se hacen los correctivos necesarios en la plantilla.

Las comparaciones nos facilitarán examinar qué le falta al plantel para ser mejor. ¿Qué tuvo el último Barcelona campeón (2012) que el de 2015 no tiene? Un zaguero como Campos o Erazo, un volante de marca como Amaya o Gruezo -que como juvenil sí pesaba-, y jugadores desequilibrantes como Arroyo o José Ayoví. Dejemos de lado a Díaz, porque, digamos, Alemán cumple su función, aunque sean diferentes. ¿Será tan difícil conseguir los recursos económicos para juntarlos? Sin jugadores de esa talla, el ‘Ídolo’ parece condenado a pelear por lugares secundarios. Que se quede Israel -existe el rumor de que no le renovarán- o que venga otro DT de gran trayectoria, pero primero que se realicen las contrataciones que puedan elevar el rendimiento de un equipo que, una vez más, amarga a sus hinchas, desganados por ahora de festejar el cumpleaños del club. (O)