La despedida de Gustavo Quinteros de Emelec fue sencilla, pero cargada de emotividad. Las muestras de cariño fueron constantes para el entrenador que en más de una ocasión se tocó el pecho a la altura del corazón y saludó a la hinchada ‘eléctrica’ que llenó la general norte del Olímpico Atahualpa.

“Sales del Emelec, pero el Emelec jamás saldrá de ti”, decía una pancarta poco legible, localizada en la general nororiental del escenario. El argentino, que hoy entregará su primera convocatoria con la selección, agradeció cada gesto durante el empate 1-1 contra El Nacional.

Emelec empató en el partido 120 de Quinteros. Su último cotejo con el conjunto ‘azul’ fue justamente en el Atahualpa, que será su casa de ahora en adelante cuando la Tricolor dispute los juegos de local en las Eliminatorias a Rusia 2018.

Las cámaras y los periodistas rodearon al DT mientras se dirigía a la banca de suplentes, antes del inicio del partido. Una chaqueta blanca lo cubrió del frío quiteño y permaneció sentado durante casi 8 minutos. Parecía haber olvidado que se trataba de su último partido con Emelec y luego se levantó para observar el encuentro desde donde más lo disfruta, el borde del campo.

La mejor despedida para Quinteros era que su equipo jugara como lo venía haciendo y el once que enfrentó a El Nacional no lo decepcionó. Estuvo siempre muy participativo y entregando órdenes a sus dirigidos. Eso sí, también marcó errores puntuales y sin mayor importancia en el trámite del juego, como cuando Robert Burbano controló mal un balón. El DT, con gestos, le indicó cómo debía hacerlo.

El juego ofensivo de Emelec no tardó en causar estragos en la defensa ‘criolla’. La movilidad de Miller Bolaños, la precisión en los pases de Fernando Gaibor y la velocidad de Burbano no pudieron ser controladas por los locales.

A diferencia de la calma de Quinteros, su colega Octavio Zambrano lucía intranquilo por la facilidad de su equipo para permitir los avances del rival.  

Quinteros era un espectador privilegiado del gran juego de su equipo. Parado y con los brazos cruzados, casi no tenía que dar indicaciones. Salvo algún gesto con la mano para corregir alguna ubicación y nada más.  

El partido también podía representar el ‘examen parcial’ de muchos futbolistas que quieren ser tomados en cuenta en la selección. El esfuerzo por demostrar el mejor rendimiento era notorio en ambas escuadras.   

Pero a los 20’ apareció alguien cuyo nivel está demostrado para abrir el marcador. Óscar Bagüí lanzó un pase entre líneas y Miller Bolaños, con un solo movimiento, dejó fuera de acción a Luis Luna, encaró al arco que custodiaba Adrián Bone y marcó el tanto de apertura.   

El entrenador apenas lo celebró y anotó en su libreta. Desde el palco del Atahualpa su relevo en la conducción de Emelec, su compatriota Omar De Felippe, observó el juego y con toda esa información, hoy arrancará su nueva etapa con el bicampeón nacional.

El dominio de Emelec abrumó al local. Solo Pablo Palacios y Christian Lara intentaron algo en la primera parte, pero sus jugadas no lograron ningún progreso. Sin embargo, de entrada en la segunda mitad (47’) cambió su actitud y con ello llegó la igualdad. Palacios no desaprovechó un balón elevado para empatar con una precisa volea.

Al final, para Quinteros el marcador fue lo de menos, pues el estilo que él le dio a su equipo se vio hasta en el último partido. “Me estoy despidiendo de un club donde disfruté mucho. Ojalá no sea un adiós, sino un hasta pronto, un hasta luego. Estoy muy orgulloso de haber dirigido a este equipo que en cualquier cancha juega por la victoria”, dijo el estratega en su última rueda de prensa al mando de Emelec.

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