Ñañas estuvo a punto de no participar en la Superliga femenina 2019 por un contratiempo administrativo. En primera instancia la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) decidió que de forma obligatoria los 16 equipos masculinos de la serie A tengan su filial femenil, por lo que otros clubes podían jugar el certamen.  

El elenco capitalino firmó un convenio para jugar en representación de Aucas, pero antes de arrancar el certamen, la FEF cambió la norma para que otros clubes se integren. Así, Ñañas y otros cinco equipos se sumaron al torneo que empezó con 22 clubes.

24 partidos después, el sueño de las futbolistas y de todos quienes conforman Ñañas se hizo realidad: jugarán una nueva final del campeonato ecuatoriano y además clasificaron a la Copa Libertadores de América, por primera ocasión en su historia.

El club cumplirá tres años de creación en febrero; la artífice de su fundación es Fernanda Vásconez, que también actúa como capitana y volante en el equipo.

“Me acuerdo cuando dije: ‘Me voy a poner mi propio equipo de fútbol’; muchos me dijeron que no lo haga, que no era negocio y que nadie iba apoyar al fútbol femenino. Y la verdad es que escuchar eso solo me motivaba más”, compartió Vásconez en su cuenta de Instagram, tras clasificar a la gran final.

El entrenador Francisco Ramírez califica al equipo como “una familia” que se ha consolidado en los dos últimos años. El 60% de la plantilla del año 2018 se quedó y se fortaleció con algunas jugadores para 2019.

Una de ellas es la golera Farissa Córdoba, guardameta de la selección de Panamá y que fue un buen aporte para defender el arco de Ñañas.

Desde el año 2018 actúan en el equipo dos venezolanas: Yosneidy Zambrano y Marjorie Sánchez. La primera es la goleadora de la temporada del club con un total de 15 anotaciones.

“En el equipo hay chicas muy talentosas que se distinguen en sus posiciones. Vinieron de menos a más y conseguimos llegar a una final nuevamente. Las jugadoras siempre creyeron en lo que podían hacer y es totalmente su mérito”, analizó Ramírez.

Ñañas fue uno de los clubes pioneros en cancelar sueldos a sus futbolistas. Lograron alianzas con auspiciantes para cubrir ese rubro y otros gastos, como los traslados y hospedajes.

El 70% de la plantilla recibe un sueldo de $ 394 (salario básico unificado). Se logró reconocerlas económicamente, después de años de jugar solo por el gusto de hacerlo. Vásconez no reveló el monto total del presupuesto, pero dijo que en comparación a 2018 aumentó 15 veces.

D. Cuenca, un equipo ofensivo
Hace seis meses, en el parque Huagrahuma, conocido como el “Gallinazo”, se inició el sueño del Deportivo Cuenca femenino. En esa cancha, la DT Wendy Villón delineó el equipo que la próxima semana disputará la final de la Superliga ante Ñañas.

Durante las noches, Villón trabajó con un grupo de 26 jugadoras que actualmente se redujo a 21. Catorce de ellas fueron pedidas por la entrenadora. Nueve vinieron del equipo Unión Española, campeón del torneo ecuatoriano femenino en 2018.

Varias de las jugadoras pedidas por Villón ya tenían conversaciones adelantadas con otros equipos, pero la cercanía con la entrenadora pesó más, para que decidieran instalarse en Cuenca.

Villón cumplió el primer objetivo de 2018: armar una plantilla que se conoce y ha jugado junta desde hace varios años. Villón es una entrenadora que no se conforma con ganar. Para ella es importante jugar bien y finalizar los partidos dominando.

Siempre les pide a las jugadoras dar más de sí, a pesar de vencer por un marcador ajustado. “Las chicas están 100% mentalizadas en el objetivo. Todas tienen un alto compromiso, pero tienen claro que esto aún no se termina, aunque hayamos clasificado a la (Copa) Libertadores”.

En la capital azuaya, las jugadoras que llegaron de otras ciudades -de Guayaquil y Esmeraldas, principalmente- comparten una vivienda junto a Villón, que es pagada por el club. El sueldo de las jugadoras “morlacas” tiene un tope de $ 500 y se cubre gracias a un auspiciante privado.

Nataly Villavicencio, directiva del club y encargada del equipo femenino, reconoció que esos valores no son suficientes y explicó que existe una gran diferencia con lo que ganan en el fútbol masculino.

Para Villavicencio, parte del éxito del club ha sido mantener enfocadas a las jugadoras, desechando cualquier tipo de distracción.
“Queremos botar la toalla a cada rato, pero llega el momento del partido, las chicas ganan y nos olvidamos de todos los problemas”.

El respaldo de los hinchas ha sido fundamental para las “morlacas” en estos meses. En el último encuentro, ante Barcelona, 4.000 personas llegaron al estadio Alejandro Serrano Aguilar.

En lo deportivo, Deportivo Cuenca clasificó a los cuartos de final tras ubicarse en el primer puesto del grupo A, luego dejó en el camino a Liga de Quito y a Barcelona, a cada equipo le convirtió cinco goles en sus respectivas fases.

Las cuencanas son las más ofensivas de la Superliga, han convertido 103 goles; su máxima artillera es Madeleine Riera, con 41 tantos. Además, es la mayor “romperredes” de todo el campeonato.

En su último encuentro, Riera agradeció a los hinchas cuencanos que la compararon con el astro argentino Lionel Messi, pero pidió que mejor lo hagan con Alex Morgan (jugadora de Estados Unidos), su ídolo.

Por el título
La organización del certamen definió las fechas de las finales para el 21 y el 28 de septiembre de 2019. La primera final se disputará en Quito, donde Ñañas será local.

Aún está por definirse el escenario, pues Ñañas pretende ser anfitrión en el estadio Olímpico Atahualpa y dejar la Casa de la Selección, donde fue local habitual.

La revancha y final decisiva será en el estadio Alejandro Serrano Aguilar. Las cuencanas cerrarán en casa por su mejor ubicación en la tabla general de posiciones, segundas, ante el cuarto lugar de Ñañas. (D)