La pelota no picó, por eso ayer el partido no se jugó
El incesante invierno que soporta la serranía ecuatoriana afecta también el fútbol. Ayer la cancha del estadio Rumiñahui, en Sangolquí, se convirtió en una laguna donde no daba botes el balón. Eso impidió que se cumpla el encuentro entre Independiente y El Nacional por la decimaquinta fecha, que fue pasado para hoy en el mismo escenario y horario, a las 12:00.
Incluso la zona aledaña a los camerinos registró gran cantidad de agua y, para posibilitar el paso de los jugadores a la cancha, se puso tablas. “La pelota no pica, hay mucho barro en el campo de juego. Está en pésimas condiciones y es un riesgo para nosotros”, dijo el defensa del Valle, Diego Ianeiro.
La terna arbitral encabezada por Diego Lara llegó con antelación al escenario deportivo, y tras una observación preliminar de las condiciones del gramado dictaminó la suspensión del encuentro, la decisión fue recibida con agrado por los dos estrategas.
“Las condiciones del campo harían que el desarrollo del partido sea totalmente anormal. No habría espectáculo”, indicó Mario Saralegui, estratega “criollo”.