Con la promesa de analizar y dar trámite a la propuesta, José Serrano, presidente de la Asamblea Nacional, recibió de manos de Carlos Villacís, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), el proyecto de Ley Orgánica Contra la Violencia en los Escenarios Deportivos. La entrega oficial por parte de la FEF se hizo el pasado lunes en el Palacio Legislativo.

Villacís enfatizó que el afán de la matriz nacional de balompié es cortar de raíz los problemas generados por los aficionados violentos, quienes son tratados únicamente como contraventores, cuando en realidad son delincuentes.

Con esto se refiere al Artículo 397 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), titulado ‘Contravenciones en escenarios deportivos y de concurrencia masiva’, en el que se estipula como castigo a los desmanes provocados por los malos fanáticos un máximo de 100 horas de trabajo comunitario y la prohibición de ingresar a cualquier recinto deportivo y de concurrencia masiva.

Ese trato contrasta mucho con la gravedad de los hechos, que desde hace una década provocaron siete fallecidos y decenas de heridos. En ese sentido es necesario puntualizar el alcance que tendría la nueva normativa, pues solo en dos casos las agresiones que causaron los decesos ocurrieron dentro de los estadios. Las otras muertes sucedieron fuera de los escenarios, algunos en sitios distantes, fuera de sus perímetros.

Fernando Paz, especializado en derecho penal, considera que el proyecto de la FEF es oportuno, porque sería una reglamentación específica para combatir toda violación a los derechos humanos que se genere dentro de los escenarios deportivos: estadios, coliseos, canchas barriales, entre otros.

“Dentro de la codificación de los delitos no existe ningún tipo penal que sancione la violencia que ocurre exclusivamente en los recintos en donde se practica deporte, no hay un tipo penal que diga muerte en un estadio de fútbol”.

Sobre los ataques perpetrados por miembros de las barras bravas en otros sitios y en los que se causó la muerte a otros ciudadanos, indica que son abordados como homicidios, sin embargo, es necesario esperar que los legisladores conozcan el contenido de la propuesta y, a través del debate, apliquen las modificaciones pertinentes.

“Se tiene que definir la comisión que se encargará de darle curso al proyecto, supongo que será la de justicia”, remarcó Paz.

Al dejar en el Parlamento la iniciativa, Villacís enfatizó que el objetivo es contar con una ley fuerte, cuyas máximas sanciones sean la privación de la libertad y multas económicas para quienes incurran en los peores crímenes justificando su mal accionar en su pasión por determinado equipo. 

Está convencido de que esta ley ayudará a erradicar los comportamientos transgresivos de aquellos espectadores que dañan la fiesta del balompié y alejan de los graderíos a los verdaderos hinchas, particularmente a aquellos que gustaban concurrir en familia.

José Serrano, al quedarse con el proyecto de ley, ofreció que el texto será analizado lo más pronto posible, para lo cual dialogará con sus compañeros del bloque (Alianza PAIS) y con los otros asambleístas. “Vamos a procesar este tema y una vez que tengamos el informe lo presentaremos al CAL (Consejo de Administración Legislativa) para trabajarlo”. Agregó que se encargará de que este cuerpo legal sea tratado con diligencia, pidiendo a los otros parlamentarios los aportes que refuercen el articulado. El proyecto será remitido al legislador Carlos Vera Rodríguez, exárbitro de fútbol profesional, para la correspondiente revisión, antes de ingresarlo al CAL.

A juicio de Marcelo Dueñas, síndico de la Asociación de Fútbol No Amateur de Pichincha (AFNA) y experto penalista, no es menester la aprobación de una nueva ley para resguardar la seguridad en los escenarios deportivos; un camino más pertinente sería reformar el COIP, que previene y castiga toda clase de delitos y contravenciones.

“Lo que falta es castigar ciertas conductas humanas dentro de los escenarios; delimitar tal vez el espacio y el tiempo de su cometimiento, porque fuera y lejos de un estadio, un asesinato o un homicidio deben ser manejados por igual para cualquier individuo”.

Además de víctimas mortales y heridos, las barras bravas han protagonizado robos, daños a la propiedad privada y amenazas en contra de otras personas. El pasado domingo, en torno a los partidos Católica-Barcelona y El Nacional-Emelec, hubo enfrentamientos en las inmediaciones del estadio Atahualpa. (I)