Aunque con serenidad, Guayaquil City sonríe después de alcanzar su primer triunfo en el campeonato nacional; tuvieron que pasar 11 fechas para vivir esa alegría. El 1-0 sobre Deportivo Cuenca el pasado sábado también le sirvió para abandonar el último lugar de la tabla y ceder ese “asiento” a la entidad azuaya.

Sus jugadores aspiran a que este sea el inicio de una recuperación que los lleve a concretar el objetivo primario de 2018: no descender, y luego, si las cosas van bien, tratar de clasificarse a un torneo internacional.

El resultado marcó un mal comienzo para el uruguayo Guillermo Sanguinetti, técnico que asumió las riendas de Deportivo Cuenca la semana pasada.

Su contratación lleva como auspicio el vicecampeonato ecuatoriano que logró el año pasado con el Delfín de Manta.

Es ese perfil precisamente el que buscaba la dirigencia “colorada”, un entrenador que, a punta de trabajo constante, mejore el accionar y, por ende, el puntaje del “Expreso Austral”. En 2017 nadie daba un centavo partido a la mitad por ver al elenco “cetáceo” en la disputa del cetro.

Pero si de eso se trata, el camino que le toca recorrer es largo y caer en el duelo de colistas no es un inicio halagador.

Guayaquil City salió invicto de ese trance, empató 1-1 en Cuenca y a semana seguida sometió a su rival. El único gol del encuentro de vuelta lo definió Pablo Mancilla, a los 45 minutos.

Ahora, los cañones del combinado “ciudadano” apuntan hacia Quito, donde este fin de semana visitará a Universidad Católica. El aleccionador Pool Gavilánez no ve imposible dar el “campanazo”.

Para el Cuenca, el panorama no es nada sencillo, su siguiente adversario será un urgido Barcelona, que requiere volver al triunfo luego de perder sus compromisos con Liga de Quito. El duelo entre clubes “heridos” está pactado para las 15:30 de este domingo, en el Alejandro Serrano de Cuenca. (I)