“Si quieres llegar lejos en el fútbol debes aprender a patear bien con las 2 piernas”. El consejo fue de padre a hijo. De Pablo Forlán, exjugador de Peñarol, a Diego, pichón de futbolista en la década del noventa.

El menor de los Forlán, diestro de nacimiento, acogió el consejo con mucho agrado y trabajó constantemente para lograr que su pierna izquierda fuera tan letal como la derecha.

Y haber desarrollado esa habilidad le dio un plus importante en su carrera desde que debutó en Independiente de Avellaneda. Goles —golazos— con la derecha y la izquierda, remates de larga distancia, tiros libres y voleas fascinantes fueron vitales para que llegara a la selección uruguaya y al Manchester United, donde precisamente el DT escocés, Sir Álex Ferguson, le dijo: “Solo hay algo que no sé de ti como futbolista, si eres derecho o izquierdo”.

Con casi 38 años a cuestas y sin las condiciones físicas que le permitieron ser figura de la ‘celeste’, el Villarreal y el Atlético de Madrid, ‘Cachabacha’ dio un buen repertorio en la cancha del estadio Monumental con lanzamientos punzantes y precisos con ambas piernas, como los que provocaron el primer y tercer gol ante el Juan Aurich.

Forlán hizo lo justo y necesario para conquistar a los aficionados barcelonistas que en la Noche Amarilla 2016 quedaron extasiados por las pinceladas de ‘un tal Ronaldinho Gaúcho’. Con la participación del brasileño la vara quedó alta, es cierto, pero el atacante uruguayo, con un fútbol menos mágico, aportó mucho y se fue aplaudido. (I)