Emelec conquistó su campeonato 14 tras superar a Delfín en la gran final
Emelec disfruta de una nueva estrella. La corona 14 en sus 88 años de historia la conquistó ayer en el estadio Jocay de Manta, tras ganar la final de vuelta a Delfín por 2-0 (global 6-2).
La escuadra ‘azul’ fue premiada al término del cotejo, al igual que el subcampeón Delfín, distinción que alcanzó por primera vez en su historia. Emelec dio la vuelta olímpica en ese escenario, donde ya lo había hecho en dos ocasiones (1979 y 1993).
Desde el pitazo inicial de Omar Ponce la hinchada visitante no dejó de alentar al plantel con cánticos. No obstante, las primeras llegadas de peligro fueron al arco de Esteban Dreer generadas por los mantenses, que saltaron al terreno de juego sin su capitán, Francisco Silva.
Al principio se dijo que el defensa central no estaba entre los llamados para el lance porque se lesionó; sin embargo el entrenador Guillermo Sanguinetti expresó ante los medios que fue por indisciplina. El titular Carlos Garcés se quedó en la banca porque venía de superar una molestia muscular.
En el planteamiento de 4-4-2 ubicó a elementos como Henry Patta y Joao Paredes.
Una de esas jugadas inquietantes llegó a los 7 minutos a través de Jacob Murillo, pero que Jorge Guagua frenó.
Seis minutos más tarde él mismo centró el balón para Roberto ‘La Tuca’ Ordóñez, pero el remate se quedó en las manos de Dreer.
Emelec, de Alfredo Arias, no lució como en la primera final, cuando ganó 4-2.
Careció de profundidad y el local insistió con salidas especialmente por la banda derecha. A los 21 minutos Jordan Sierra lanzó un centro para Paredes, pero su remate se fue por encima del travesaño. Más tarde Delfín generó otra acción por intermedio de ‘La Tuca’ y Murillo.
La jugada del volante eléctrico Fernando Gaibor fue la que más inquietó a Pedro Ortiz, pero su disparo terminó en las manos del portero.
En la parte final del primer tiempo, Osbaldo Lastra se dejó arrebatar el balón por la marca de Paredes y de manera rápida sacó un remate al que para suerte de la visita no llegó Patta. Cuando Delfín, que mejoró su juego con relación a la primera final, estaba cerca del gol, llegó el primer tanto de Emelec. Fue a los 44’, cuando Ayrton Preciado de cabeza anotó, después de un centro de Gaibor.
Con ese tanto se fueron al camerino tranquilos, mientras los ‘cetáceos’ estaban preocupados. Incluso por las mejillas de Luis Luna corrieron lágrimas.
En el segundo tiempo Sanguinetti hizo su primera variante: Andrés Chicaiza por Murillo, a diferencia de Arias que no hizo cambios. La ansiedad por no marcar era creciente en Delfín, mientras que en Emelec comenzó a aflorar su juego y generó una acción que retuvo Ortiz luego de un remate de Brayan Angulo, que superó la marca de John Chancellor.
La primera variante eléctrica fue el ingreso de Hólger Matamoros por Fernando Luna, que salió aplaudido por su público. Cuando se jugaban el minuto 64 vino la segunda conquista de Emelec. Angulo definió con precisión con un ‘sombrerito’ y liquidó cualquier aspiración del otro finalista.
El entrenador Arias cambió a Burbano por Bruno Vides y enseguida Delfín realizó la tercera variante: Cristian Malán por Patta. En Emelec también ingresó Pedro Quiñónez por Angulo.
El partido terminó y el estadio fue una locura; unos 15 hinchas entraron a la cancha tras escalar las mallas y luego fueron retirados de la zona.
Los delfinistas lloraron. ‘La Tuca’ mostró en su camiseta la imagen de su madre —quien falleció este año— y señalaba al mismo tiempo el cielo con sollozos. (I)
Roberto ‘La Tuca’ Ordóñez, jugador de Delfín, lloró al término del partido luego de perder ante Emelec. Su club se quedó con el subcampeonato. Foto: Leiberg Santos / EL TELÉGRAFO