Jugadores y dirigentes del Bayern Múnich se mostraron furiosos respecto al arbitraje del partido de vuelta contra el Real Madrid, el martes pasado en la capital de España, tras su eliminación (4-2 en la prolongación) en cuartos de final de Liga de Campeones. 

“Nos han jodido, en el estricto sentido del término. Es la primera vez que estoy tan enfadado”, señaló el patrón del club, Karl-Heinz Rummenigge, cuando estaba de regreso en su hotel la noche del martes, citado por la agencia deportiva alemana SID, filial de la AFP.

El Bayern, derrotado por 2-1 en Múnich en la ida, había logrado ganar por ese mismo resultado en Madrid y forzar la prolongación, pero los alemanes consideran que Cristiano Ronaldo estaba fuera de juego en el empate 2-2 y que la expulsión de Arturo Vidal por el árbitro húngaro Viktor Kassai, por dos amarillas, no estaba justificada. “Un robo como este no debía ser posible en Champions League”, señaló Vidal. “Fue evidente y eso hace dudar del fútbol”.  

“No había falta en la segunda tarjeta”, juzgó antes Rummenigge en Sky-Alemania”. Y añadió: “La segunda amarilla nos ha matado”.  

“Espero que en el futuro el video pueda ayudar al árbitro, no es posible que haya estos errores en cuartos de final de Liga de Campeones”, lamentó el técnico italiano del Bayern, Carlo Ancelotti, al final del partido. “Sé que en el fútbol puede pasar, pero no una serie de errores así”, insistió. “El segundo y el tercer gol (del Real Madrid) son claramente en fuera de juego. Cuando Vidal recibe la segunda amarilla, toca el balón”, dijo además el italiano.

“Un año de duro trabajo. Gracias y bravo al árbitro”, expresó Franck Ribéry en Instagram.

Lo cierto es que los tres goles del histórico Ronaldo, que le permitieron convertirse en el primer jugador en llegar a 100 tantos en la Liga de Campeones, estarán acompañados siempre por un asterisco que recordará que dos de ellos fueron convertidos en posición ilegal.  

Este nuevo escándalo, según Ancelotti, reabre el debate sobre la necesidad urgente de que se empiece a utilizar el videoarbitraje, una asistencia tecnológica para los réferis que se encuentra en fase de estudio.

Esta tecnología, que se puso a prueba en el pasado Mundial de Clubes en Japón y se viene utilizando en algunos partidos amistosos de selecciones, tiene como finalidad revisar solo las jugadas clave de los partidos, como los goles, las tarjetas rojas, los penaltis o que haya confusión de la identidad de un jugador.  

Tres acciones determinantes en el partido entre Madrid y Bayern se hubieran revertido con el sistema VAR y por lo menos otras dos se hubieran podido analizar. Es evidente que la rapidez con la que se juega en la actualidad ha sobrepasado la capacidad del árbitro y de sus asistentes, que cuando salen los equipos en velocidad al contragolpe son incapaces de mantener la línea para decretar un fuera de juego (como se apreció en el tercer tanto de Ronaldo el martes por la noche). 

No se trata de que cada jugada y cada acción sean merecedoras de una revisión, eso no existe en ningún otro deporte, pero hay momentos donde una simple repetición en video podría darle más validez al espectáculo que millones de personas están viendo. Según cifras preliminares de la UEFA, unos 100 millones de seguidores observaron el partido del martes por televisión.   

El sistema no es infalible -seguirá presente el factor humano- y no va a estar exento de la polémica, pero sin dudas reducirá considerablemente los interminables debates futbolísticos donde lo que parece menos relevante son los detalles que le han dado sentido al fútbol. 

Lo que ocurrió el martes en el estadio Santiago Bernabéu no es un hecho aislado. Ocurrió también hace poco más de un mes en el Camp Nou, en la famosa remontada del Barcelona sobre el PSG, hazaña tan admirable como condicionada por la actuación del árbitro alemán Deniz Aytekin, quien privó al conjunto francés de un penalti y luego señaló uno a favor del Barça, decisivos en el inesperado resultado final.  

Al fútbol le ha costado evolucionar con el paso del tiempo. Recién fue a partir del gol que no validaron al inglés Frank Lampard en el Mundial de Sudáfrica 2010 que la FIFA dio su brazo a torcer para incorporar la tecnología de gol en el juego. Inglaterra perdió ese partido de octavos de final 4-1 frente a Alemania. (I)