Tres expulsados, 6 tarjetas amarillas, 3 goles, un penal errado y 4 arqueros en Barcelona es el resultado del partido de ayer en Sangolquí, dirigido por el árbitro ecuatoriano Vinicio Espinel, que ayer recibió la escarapela como árbitro FIFA, según expresó el dirigente ‘torero’ Eduardo Campozano después del partido.

Cuando faltaban cerca de 5 minutos para terminar el primer tiempo, el juez central expulsó a Máximo Banguera. De forma inmediata Damián Lanza comenzó a calentar, pero cuando estaba a punto de ingresar, el cuarto árbitro, Luis Quiroz, informó que el portero realizó gestos inapropiados (señales de cobro) por lo que el árbitro central lo expulsó.

Lanza se quitó los guantes y corrió hacia Espinel, pero en el camino fue detenido por varios compañeros y miembros del cuerpo técnico. El arquero ‘torero’, fuera de sí, forcejeó por varios minutos para llegar al juez central, pero no lo consiguió.

Mientras en la cancha seguían los incidentes desde las tribunas lanzaron botellas, lo que provocó que de inmediato se escucharan los respectivos llamados de atención por los altavoces del estadio.

El juego se detuvo nuevamente por lanzamientos de objetos a la cancha.

Cuando faltaban 5 minutos para terminar el tiempo reglamentario, Espinel sancionó una falta penalti a favor de Barcelona y, además, expulsó al defensa Arturo Mina, del Independiente.

La terna arbitral salió resguardada por una cantidad importante de policías. Luis Noboa, vicepresidente de Barcelona, señaló: “Es una vergüenza total, vamos a reclamar porque han irrespetado a Barcelona”. Por su parte, Fernando Guerrero confirmó que vio a Lanza hacer gestos en contra del juez.