El conjunto azul confirmó que fue el mejor en el 2014: terminó primero en la tabla acumulada y se impuso en la final
¡Bicampeón! (Galería)
Emelec confirmó ayer que es el equipo que mejor fútbol juega en el país. Lo demostró a lo largo de la temporada y en las dos finales ante Barcelona, al que venció ayer 3-0 (4-1 en el global) en el estadio George Capwell. El ‘Bombillo’ logró así su tercer bicampeonato, también lo hizo en las temporadas 1993-1994 y 2001-2002.
Emelec tuvo el mejor rendimiento del año. De los 46 partidos que disputó, incluidas las dos finales, ganó 28, empató 8 y perdió 10. Los goles del cuadro ‘millonario’ los marcaron Ángel Mena (21’) y Miller Bolaños (80’ y 86’).
La planificación que Rubén Israel armó en tres días para bloquear a los jugadores creativos de Emelec se destruyó en apenas 10 minutos por la expulsión de Álex Bolaños. El mediocampista de marca tuvo que salir de la cancha por doble amarilla, paradójicamente por dos fuertes faltas sobre su hermano Miller.
Esta vez la historia se revirtió. En el primer clásico de la segunda etapa, el 14 de septiembre, Álex le rompió la camiseta a Miller en una jugada fortuita, pero como la utilería no tenía otra de repuesto, tuvo que ser reemplazado y dejó a su equipo mermado ofensivamente. La de ayer fue una suerte de desquite del menor de los Bolaños.
Lo fue porque la expulsión de Álex afectó emocional y futbolísticamente a Barcelona. Luego de su salida, el partido se volvió una copia de la primera final disputada el miércoles pasado en el Monumental: Emelec asumió el control total de la pelota y empezó a llegar con más riesgo al arco defendido por Máximo Banguera.
Israel no tocó el equipo luego de la expulsión. Le pidió a Ely Esterilla que retroceda y que ayude a Matías Oyola en la marca. El jugador acató la orden, pero Barcelona no lograba controlar a los volantes creativos de Emelec. Ángel Mena y Miller Bolaños tenían hasta ese momento vía libre para dominar el juego en esa zona.
Israel lo advirtió inmediatamente y no esperó el segundo tiempo para hacer la primera variante del partido: mandó a la cancha a Flavio Caicedo por Esterilla.
Ese cambio equilibró el partido y los ‘canarios’ recuperaron el control de la pelota en la mitad de la cancha. El mediocampista le inyectó, además, una dosis de motivación a sus compañeros. Entró a luchar por pelota y a arengar en cada jugada.
Pero Barcelona recibió otro fuerte golpe antes de que finalice el primer tiempo. Cristian Suárez pidió ser sustituido después de que sintió un tirón en la zona posterior del muslo derecho cuando intentaba alcanzar la pelota en la cancha de Emelec.
No había otra alternativa. Israel debía realizar el cambio y se decidió por Michael Jackson Quiñónez, que le dio más verticalidad y sorpresa al juego del ‘Ídolo’. Esas variantes dejaban un mensaje claro sobre lo que pretendía Israel: terminar el primer tiempo con solo un gol en contra.
En el segundo tiempo la tónica fue similar. El partido se volvió muy disputado en la media cancha, pero aquello no tranquilizaba por completo al técnico Gustavo Quinteros, pues sentía que el partido aún no estaba definido y sus dirigidos hacían poco para liquidarlo.
Para intentar sentenciar el encuentro, Quinteros dispuso el ingreso de Marcos Mondaini por el juvenil Robert Burbano. Esa variante ‘refrescó’ el juego ofensivo de los dueños de casa. Barcelona no reaccionó. Nunca pudo poner el partido a su favor. Israel se retiró de la cancha notablemente afectado.