Jonathan Álvez no tuvo una tarde perfecta, pero lo que hizo en la cancha del Monumental le bastó para ser figura del partido y  guiar a Barcelona hacia un triunfo holgado (3-0) ante el Aucas. El delantero uruguayo reflejó los deseos de ganar de Barcelona.

Álvez se hizo notorio en la cancha, por carácter y por sus habilidades con la pelota. Discutió con los rivales y con el árbitro, se ganó una tarjeta amarilla por defender a Damián

Díaz que era rodeado por jugadores orientales después de una falta y, para completar su obra, en el primer tiempo abrió el marcador.

Ely Esterilla le cedió un pase perfecto a ras de piso y dentro del área. Álvez le pegó mal a la pelota, pero incluso la fortuna lo acompañó. El arquero Sebastián Blázquez se había arrojado al piso y la pelota pasó por encima de él. Álvez festejó con rabia, se golpeó el pecho ante sus hinchas y recién sonrió cuando Díaz y el coautor del tanto lo abrazaron.

Esterilla se motivó y, al igual que Penilla, generó acciones seguidas cerca del pórtico auquista. En una jugada que parecía terminar sin peligro, Esterilla aprovechó un rebote para definir por debajo de Blázquez a los 35’.

Álvez pudo marcar el tercero a los 74’ con un penalti, pero Blázquez se lo atajó. Salaberry lo emuló: Banguera le adivinó el remate e inició un contragolpe en el que Álvez desbordó y le puso un banquete a Penilla. El ‘Ídolo’ sumó 12 puntos y es segundo. (I)