Tres seguidores de Barcelona viajaron por avión y bus para llegar al estadio Monumental y ver a su equipo. Unos 36 buses interprovinciales se parquearon ayer en la parte externa del estadio.

Dilan Martínez, Ricardo Dávalos y José Cedeño tuvieron que viajar por aire y tierra para ver al equipo de sus amores. Eran las 13:00 y ya estaban en una de las puertas del estadio Monumental esperando la hora de ingreso. Ellos salieron el martes por la mañana desde la isla Santa Cruz de Galápagos, pero no pudieron volar directo a Guayaquil. Un problema de coordinación los llevó a tomar un avión a Quito y viajar toda la madrugada de ayer en bus por más de ocho horas. 

“No me importa el tiempo ni las condiciones, lo importante es estar aquí para alentar a Barcelona”, aseguró Cedeño a EL TELÉGRAFO. 

Los tres jóvenes, que estaban acompañados por varios familiares de Guayaquil, portaban un cartel con la palabra Galápagos y se tomaron fotos con el estadio de fondo.

Conseguir las entradas fue otro problema para los jóvenes galapagueños, pues desde la semana pasada sus familiares no pudieron encontrarlas en las boleterías, tuvieron que recurrir a la reventa para adquirir tres generales, ya con precios elevados. “Hemos gastado

$ 200 en los boletos y unos $ 40 en los buses, más las entradas, se suman casi que $ 300, pero todo vale la pena”, expresó Martínez.

Entusiasmados por alentar a su equipo, prometieron volver si Barcelona logra clasificar a la final de la Copa Libertadores. “En noviembre aquí nos encontrarán, en esta esquina y con este cartel, porque estamos seguros de que Barcelona jugará la final”, agregó Dávalos.

Pero los jóvenes galapagueños no eran los únicos barcelonistas que tuvieron que viajar para alentar a su equipo. Joselyn Mendoza y José Zambrano viajaron junto a un grupo de amigos desde Jipijapa para ver al club de sus amores.

Tuvieron que perder clases y obtener permiso de sus padres para poder viajar. No es la primera vez que lo hacen, pero esta ocasión fue especial porque verían a su equipo en semifinales de la Libertadores. El tour, organizado por un amigo líder de un grupo de fanáticos tuvo un costo aproximado de $ 50 (incluyendo la entrada) y salieron de tierras manabitas a las 08:00 de ayer. “Vinimos todo el camino cantando y organizando la barra que haremos. Adentro (en el estadio) estaremos juntos en tribuna –antigua preferencia- y animaremos al equipo desde que inicie el partido”, aseguró Zambrano.

Mendoza, por su parte, recordó que varias amigas también querían venir, pero no alcanzaron a pedir permiso ni conseguir el permiso para viajar.

“Es la tercera vez que vengo al ‘Templo’ y el ambiente que se vive es impresionante. No me arrepiento de haber perdido clases y del tiempo de viaje, esperamos ganar 2-0”.

Tal como lo había anticipado la Agencia de Tránsito Municipal (ATM) de Guayaquil, el acceso a la avenida Barcelona solo sería para vehículos pequeños. Pero horas antes de que cierren las vías, unos 36 buses interprovinciales se ubicaron en la salida de los túneles San Eduardo.

Los vehículos provenientes de Manabí, Los Ríos y Santa Elena movilizaron a cerca de 2.200 hinchas. La mayoría era de columnas de la Barra Sur Oscura. Otro grupo más reducido era de barcelonistas que se agruparon semanas antes para el viaje a Guayaquil.

Según Francisco Rodríguez, de Santa Elena, los hinchas lo buscaron para que “les haga el flete” y lo que hizo fue trasladarlos. Aunque es emelecista, quiere que gane Barcelona, porque es el representante del país. “Los chicos son sanos, vinieron cantando en un trayecto, pero luego se quedaron dormidos. Apenas se termine el partido regresaremos, pero antes quieren pasar por el Malecón del Salado”.

Pero no todos llegaron en grupo o en buses fletados, varios hinchas o familiares vinieron en transporte privado. Carlos Zeas llegó desde Cuenca junto a su primo Luis, ellos tomaron un bus que los dejó en la Terminal Terrestre de Guayaquil a las 12:00 y de ahí, “para ahorrar”, abordaron un bus de la Metrovía.

“Llegamos bien y, sobre todo, seguros. Lo malo es el calor que está sofocante. Como nunca el sol hoy pega muy fuerte”, dijo Carlos mientras tomaba un jugo de naranja.

Carlos es hincha de Barcelona por influencia de sus tíos de Guayaquil; Luis es seguidor de Deportivo Cuenca, pero se puso una camiseta amarilla para apoyar a los ‘toreros’. “Hoy Barcelona es Ecuador, así que tenemos que apoyar”.

Guatallarín y empanadas

Los hinchas que han ido al estadio Monumental saben que en los exteriores uno de los platos más vendidos es el guatallarín, una mezcla de guatita con tallarín. El costo varía de $ 0,50 a $ 1. También se comercializa el seco de pollo a  $ 1,50 o el arroz con jugo (del seco) a $ 0,50.

Pero la novedad fue la presencia de un grupo de venezolanos, quienes vendían empanadas y jugos. Uno de ellos tenía en su hielera (donde guarda sus productos) la leyenda ‘Empanadas venezolanas -  Barcelona 3 Gremio 0)’.