La celebración fue completa en el Monumental. Antes, durante y después del partido, los cerca de 50.000 hinchas que llegaron al estadio no pararon de alentar a sus jugadores. La ceremonia de premiación -inédita en el fútbol ecuatoriano- estimuló  más a los fanáticos, que mantuvieron la compostura a pesar del fuerte calor que azotó desde temprano a la urbe porteña.

Luego del empate (3-3) ante Aucas, los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes caminaron desde el gramado hasta la suite presidencial para recibir sus medallas. El momento de mayor emoción fue cuando el capitán de Barcelona, Matías Oyola, alzó el trofeo de campeones 2016.

En ese instante una lluvia de confetis amarillos inundó el escenario deportivo que, desde las 11:00, recibió a miles de  hinchas. Con la copa en su poder, la plantilla, el cuerpo técnico y los dirigentes retornaron a la cancha y ofrecieron el título con la tradicional vuelta olímpica, ante la ovación de los miles de seguidores.

Luego, la fiesta pasó hacia las calles de la ciudad. En dos buses la plantilla, el cuerpo técnico y los dirigentes iniciaron el recorrido desde el estadio Monumental. El vehículo avanzó lentamente por las principales vías de la ciudad y por varias horas los campeones de 2016 recibieron muestras de afecto.

En el primer tiempo Almada impuso su estilo

Aunque la fiesta estaba lista, Guillermo Almada no se relajó. Su intención era cerrar el año con una demostración de buen fútbol y ante su gente vencer de manera categórica a Aucas.

El uruguayo no se guardó nada y alineó al equipo titular, menos a Marcos Caicedo que por una lesión no estuvo en la parte final.    

Desde el primer minuto, el DT uruguayo se ubicó en la zona técnica -a un lado de la banca de suplentes- para dirigir, como lo hizo durante la temporada. Con euforia, y gesticulando con sus manos, gritaba a sus jugadores que  mantuvieran el control de la pelota y que salieran desde su campo, hilvanando las jugadas.

Barcelona ya no necesitaba sumar puntos. El objetivo ya se había cumplido, pero Almada no se conformaba. A Máximo Banguera le pedía que buscara al compañero mejor ubicado y de esa manera iniciar el juego ofensivo. A los defensas les exigió que adelantaran varios metros para que el equipo no quedara partido, mientras que les insistió a los mediocampistas y delanteros que presionaran.

A los nueve minutos llegó la explosión en el Monumental. Damián Díaz tomó el balón desde el costado izquierdo, burló la marca de dos jugadores y sacó un remate que el portero Johan Padilla no pudo controlar.

Luego del tanto, Barcelona controló las acciones y el balón. Aucas intentó salir de su cancha con pelotazos a espaldas de los volantes amarillos, pero sus llegadas fueron débiles.

El segundo gol ‘torero’ llegó a los 31’, tras la ejecución de un tiro libre. Matías Oyola disparó al área y el delantero ‘oriental’ Esteban Solari, en su afán de despejar el esférico, lo colocó dentro del arco.

Máximo Banguera amplió el marcador a los 38’, desde el punto del penalti; con el 3-0 se fueron al descanso.

El ‘Ídolo’ se relajó

En la segunda mitad, el DT amarillo dispuso que ingresara Tito Valencia, en lugar de Mario Pineida. A los 53’ llegó el primer tanto de Aucas, producto de una jugada confusa, dentro del área. Anderson Ordóñez en su afán de rechazar introdujo el balón en su propio arco; antes el juez de línea había sancionado un fuera de juego de un ‘oriental’, pero el árbitro concedió el tanto.

El gol le dio impulso a Aucas que buscó el descuento con más ímpetu que orden. Nuevamente Almada ordenó un cambio para mejorar el juego. Ingresó a Érick Castillo, en lugar de Washington Vera. El último amarillo en entrar al campo fue Cristian Suárez que sustituyó a Ely Esterilla, pero los cambios no favorecieron a los ‘toreros’.

Joao Rojas receptó el balón dentro del área y con un fuerte remate venció a Banguera (3-2). En vez de festejar el gol, los ‘orientales’ presionaron el saque del rival y un minuto después (80’) Juan Carlos Villacrés anotó la igualdad. (I)