Villar y su hijo Gorka, detenidos por corrupción
Explosión en el fútbol español. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y vicepresidente de la FIFA, Ángel María Villar, su hijo Gorka y otros dos directivos fueron detenidos ayer en una operación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por enriquecimiento ilícito procedente de la organización de partidos amistosos de la selección nacional de fútbol.
Según fuentes judiciales, el arresto de Villar es el resultado de una larga investigación a la cúpula federativa española sospechosa de cometer delitos de corrupción entre particulares, falsedad, administración desleal y apropiación indebida de dinero público ingresado de los partidos amistosos. Además, también se apunta a una supuesta red de favores realizados por los directivos a dirigentes territoriales. Por este motivo fueron detenidos el vicepresidente de la Federación hispana y presidente de la agrupación tinerfeña, Juan Padrón, y el secretario, Ramón Hernández Baussou.
Durante toda la jornada de este martes, agentes de la UCO registraron 10 despachos profesionales, domicilios y oficinas en busca de pruebas delictivas. A última hora de la mañana, el operativo se amplió a la sede de la RFEF en el Municipio madrileño de Las Rozas y a las sedes centrales de federaciones territoriales de fútbol de Tenerife, Valencia, Las Palmas, Baleares y Melilla.
Tras recabar diferentes pruebas, fuentes de la investigación indicaron que tienen indicios probados de que el presidente de la RFEF y vicepresidente de la FIFA utilizó su cargo para favorecer los negocios de su hijo Gorka. El enriquecimiento de Villar y su familia se habría hecho con el supuesto desvío de comisiones por la organización de partidos de la selección desde 2009.
El eje de la investigación ha sido descubierto en la sociedad Sports and Advisers, un bufete de abogados cuyo administrador único es su hijo, Gorka Villar. A través de ese despacho se cobraron las supuestas comisiones de encuentros amistosos como el que enfrentó a España con Corea del Sur en junio de 2016, frente a Venezuela en junio de 2011, y contra Costa Rica en la ciudad de San José en noviembre 2011. Otros dos partidos, uno jugado contra Bosnia en mayo de 2016 y otro contra Catar en febrero de 2013, están todavía bajo sospecha.
La investigación comenzó hace un año tras una denuncia formulada por el Consejo Superior de Deportes contra la gestión de Villar, que tras su enésima reelección en mayo pasado aspiraba a batir todos los récords tras 29 años en el cargo, al que se lo acusaba de desviar fondos de la federación a cuentas privadas. Ese dinero -apuntan los agentes- podría haber sido usado para financiar sus campañas a la presidencia del fútbol español. Pese a que un primer momento se especuló con ello, la operación abierta ahora no guarda relación con otra investigación contra Ángel María Villar en un juzgado madrileño por el posible desvío de 1,2 millones de euros procedentes de subvenciones públicas.
Las acusaciones son ahora mucho más graves, toda vez que se sospecha que impulsó la celebración de partidos de la selección española para lograr “contraprestaciones para la contratación de servicios y otras relaciones comerciales en beneficio de su hijo, abogado especialista en derecho deportivo, detenido igualmente en la operación”, informaron ayer de forma conjunta la Guardia Civil y la Fiscalía. Según estas mismas fuentes, se ha podido determinar cómo el vicepresidente económico de la RFEF, mano derecha de villar, favoreció la contratación de encuentros deportivos para obtener beneficios económicos privados, junto con el secretario general de la federación tinerfeña.
Los tentáculos de esta trama corrupta son todavía más largos de lo que cabía esperar. Y todo gracias al hijo del presidente de la FEF, Gorka Villar. Según reveló el diario paraguayo ABC Color en abril de 2017, vivía a todo lujo, gracias a la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) desde 2012. Primero ocupó el cargo de asesor jurídico de los expresidentes de la confederación Nicolás Leoz y Eugenio Figueredo, después detenidos e imputados por el caso FIFAGate que destronó a Joseph Blatter y que por una carambola política apartó a Michel Platini de sus aspiraciones en la FIFA. Pero salió indemne y fue ascendido al cargo de director general de la Conmebol, por otro acusado, Juan Ángel Napout.
Según el medio paraguayo, Gorka Villar recibía un salario anual de casi un millón de euros, los mismos que el presidente de la Confederación. Además, la Conmebol pagaba el alquiler de su residencia, unos 5.500 euros mensuales.
Fue denunciado por extorsión por siete clubes de Uruguay que reclamaban mayores ingresos de la Conmebol en los torneos internacionales. Como no podía ser de otra manera, la confederación costeó los abogados que el hijo de Ángel María Villar contrató para responder ante la justicia de ese país. (I)