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Ecuador, 20 de Enero de 2025
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El Telégrafo

Hizo que el equipo sea más pragmático

Luis Enrique levantó a un gigante dormido

A principios de enero, Luis Enrique vivía un auténtico infierno en el banquillo del FC Barcelona. Foto: AFP
A principios de enero, Luis Enrique vivía un auténtico infierno en el banquillo del FC Barcelona. Foto: AFP

Fue una noche interminable. De esas que resultan difíciles de olvidar. En Barcelona, de hecho, aún no han despertado. A la gloria infinita que supone para cualquier seguidor ‘blaugrana’ arruinar al Real Madrid, se une el convencimiento generalizado de que nadie es mejor que Luis Enrique Martínez para dirigir al mejor equipo del mundo.  

Hay quien ayer apuntaba que el secreto del DT no ha sido encontrarse con el prodigioso nivel de juego que han dado Messi, Neymar y Luis Suárez, sino explotar una virtud desconocida en este club, como es la paciencia. Luis Enrique, el criticado DT de inicio de temporada por sus múltiples rotaciones y por una evolución en el estilo alejado del sutil toque que tanto maravilla al Camp Nou, es ahora ovacionado por los aficionados ‘culés’.   

Ahora nadie le dice a este técnico nacido en Gijón, casi siempre áspero con los medios de comunicación, que la autoridad feroz que impuso a su plantel de superfiguras al principio del año no servía para nada. Dice ‘Lucho’ que en caliente no vale la pena profundizar en los porqués de lo sucedido en los penosos meses de diciembre y enero, cuando alguna derrota inesperada le colocó al borde del despeñadero. Sencillamente pasó y ya está. Así lo ve un positivista nato que nunca dio nada por perdido para sacar adelante una de las mejores temporadas en la historia del Barça, algo que ya nadie podrá debatirle jamás. Un delirio para el DT que, aderezado con lo que aún le queda por delante, las finales de Copa y Champions, puede llevarle al éxtasis.

Sus principios no fueron sencillos. Luis Enrique siempre guardó como un secreto blindado cuáles han sido sus referentes preferidos en los banquillos. Una semana después de acceder al cargo de máximo responsable ‘blaugrana’ reconoció ante la sorprendida prensa que era Louis van Gaal, un DT que no goza de ninguna simpatía por estas latitudes tras su penosa experiencia en el Barça cuando ‘Lucho’ era aún jugador ‘culé’.

De esos tiempos nace el curioso catálogo de recuerdos de su Asturias natal y también de la apasionada carrera como futbolista que le coronó primero en el Gijón y más tarde en el Real Madrid antes de fichar por el FC Barcelona. En el Santiago Bernabéu no le perdonarán jamás aquella traición por la espalda. Fue como el caso Luis Figo, pero a la inversa. Este año se lo recordaron con uno de los abucheos más ensordecedores que se recuerdan en el estadio ‘merengue’ donde fue derrotado en estrategia por Carlo Ancelotti, un rival al que considera su amigo. Cosas del fútbol.

Quizá sea la solidaridad nacida entre dos DT que conviven a diario con lobos, ‘blancos’ y ‘blaugranas’, que desconocen el significado de la indulgencia. Ambos, Ancelotti y ‘Lucho’, también cruzaron sus espadas cuando eran grandes futbolistas y se conocen muy bien.

Ya retirado como jugador, ‘Lucho’ siguió disfrutando del fútbol como un simple espectador. Viajaba habitualmente a Inglaterra y Escocia para visitar el indomable estadio del Liverpool, Anfield Road y Celtic Park, con bufandas de los equipos al cuello y acompañado de algunos de sus mejores amigos. “Cantábamos a pleno pulmón el ‘You’ll never walk alone’, Luis García (exdelantero del Barça y del Liverpool) me consiguió las entradas, y casi nadie me reconoció en la grada”, rememoraba en una de las pocas entrevistas concedidas para hablar de su vida.

Es la impactante atmósfera futbolística británica la que siempre le hará valorar una posible oferta para sentarse en un banquillo de la Premier... si antes logra convencer a su mujer de que el clima de las islas no es tan malo como lo pintan. No lo logró en primera instancia, cuando el modesto Reading intentó contratarlo y tuvo que conformarse con asumir la dirección del Barça B.

La alargada sombra de Guardiola no ha dejado de perseguirle desde que el pasado verano asumió las riendas de un Barça al que el ‘Tata’ Martino dejó en construcción. Y lo cierto es que Luis Enrique adoptó muchas de las lecciones que aprendió del actual DT del Bayern pero, como siempre, lo ha hecho a su manera. Mientras Guardiola se decantó por una defensa zonal que evidenció virtudes y defectos desde el primer hasta el último día, ‘Lucho’ se esforzó en mejorar la fórmula con marcajes mixtos para darle al equipo más seguridad defensiva y más goles.

Ahí están las estadísticas que corroboran su éxito. Si Guardiola logró 37 victorias en 50 partidos, Luis le ha pasado como un avión con sus 42 triunfos. Récord absoluto en la historia del FC Barcelona. Como para ya no señalarle ahora, como algunos periodistas catalanes desean, la puerta de salida del club.

A Luis Enrique le queda otro año de contrato. Nadie sabe lo que ocurrirá porque en un mundo como el fútbol, donde el hombre es un lobo para el hombre, el buen trabajo del estratega del Barça debería encabezar las crónicas deportivas de cada jornada. (I)

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