FEF, entre respaldar al DT o quitarse presión
Más allá de contar con un buen conductor, el funcionamiento de las selecciones de fútbol depende en un porcentaje muy alto de la calidad de sus jugadores. Con futbolistas talentosos y de jerarquía, los equipos nacionales apuestan a los mejores sitiales posibles, pero sin la certeza de llegar a los objetivos planteados por la ferocidad de la competencia.
Ecuador, en estos momentos, por nombres, es uno de los equipos menos fuertes del continente. Perdió a la mayoría de sus referentes, por distintas situaciones, y encontrar a reemplazantes del mismo nivel es y será difícil.
Por ejemplo, si Chile hubiese competido en la Copa América de Brasil sin Medel, Aránguiz, Vidal y Sánchez, su potencial no habría sido el mismo. Una cosa es afrontar partidos contra los mejores del mundo (Suárez, Cavani, Messi, Godín, Coutinho, Alves, Firmino, James, Falcao) con tus figuras que sin ellas.
La Tricolor ya no cuenta con los jugadores que fueron vitales para llegar a su último Mundial, el de Brasil 2014, justamente aquellos que la mayor parte de la afición y los especialistas querían fuera por supuestas trincas y exigencias en los premios.
El pedido de sus cabezas no fue por otra razón que la eliminación en la primera ronda del Mundial. Cuando un equipo gana, no hay secretos de camerino; cuando pierde, se busca el mínimo indicio de un roce o discusión para señalar que los resultados son producto de un mal manejo del camerino.
“Bolillo” ha debido afrontar la Copa América 2019 con un equipo relativamente nuevo tras las ausencias de quienes fueron la base del conjunto de Reinaldo Rueda y Gustavo Quinteros: Juan Carlos Paredes, Walter Ayoví, Christian Noboa, Pedro Quiñónez, Jefferson Montero, Miler Bolaños, Michael Arroyo y Felipe Caicedo, jugadores cuestionados, excepto cuando la “Tri” ganaba.
A esa lista se le puede sumar al máximo referente de los últimos tiempos, Antonio Valencia, que no atraviesa un buen momento. ¿Con esas bajas creemos que un equipo puede rendir de la mejor forma inmediatamente?
Gómez apostó entonces por los novatos en selección, José Quinteros, Pedro Pablo Velasco, Jhegson Méndez, Romario Ibarra, Andrés Chicaíza, Béder Caicedo, Ayrton Preciado, Carlos Garcés... y se apoyó en los experimentados Domínguez, Achilier, Mena y Énner, más otros que tienen un corto proceso de selección, como Mina, Arboleda, Ramírez, Orejuela y Gruezo.
La alta competencia le permitirá a “Bolillo” confirmar a unos y dejar de lado a otros que no respondieron. Velasco, por citar un caso, se ganó el puesto y la confianza.
Después de la debacle ante Uruguay, producto de inexperiencia, miedo escénico, bajos niveles individuales, expulsión de Quinteros y la experticia de los charrúas; la Tricolor mejoró su rendimiento frente a Chile, partido en el cual tuvo mayor posesión de pelota y empujó al rival contra su área durante algunos períodos del segundo tiempo. El gol de Alexis Sánchez, fruto de un error en la marca de Ibarra, fue mortal.
Contra Japón, Ecuador mostró sus virtudes, falencias y limitaciones propias del material con el que cuenta nuestro fútbol.
“Bolillo” convocó a 23 de los mejores futbolistas del país; quizás merecerán un lugar o una oportunidad Gaibor, Cazares, Sornoza, Miler Bolaños o algún otro, sin embargo, son el tiempo y la confianza en el proceso los factores que ayudarán a que el combinado evolucione.
“Hernan Darío Gómez nos llevó a un Mundial, eso no se debe olvidar. Su gestión con la @FEFecuador empezó con mucha oposición, tampoco se debe olvidar. Que la Tricolor no estuvo a la altura es incuestionable, ergo, que @franciscoegas examine opciones es también normal. Cordura”. Con esas palabras el DT ecuatoriano Octavio Zambrano hace un análisis breve y objetivo de la realidad del equipo nacional.
Carlos Sevilla, en cambio, sostiene que “el fútbol ecuatoriano está enfermo hace muchísimos años y nadie hace nada por cambiar”.
Egas y el directorio de la Ecuafútbol tendrán la posibilidad de sostener el proyecto del cuestionado “Bolillo” o emular a Luis Chiriboga, que se dejó llevar por las presiones y evitó la continuidad del trabajo de Rueda, ahora sí elogiado. Y en Chile. (I)