Punto de vista
Es hora de ir un poco más allá
¿Qué nos falta para llegar más lejos en torneos internacionales? Emelec, que es uno de los equipos más estables y ordenados de nuestro balompié, estuvo cerca de realizar una gesta histórica, pero los postes, la falta de eficacia y los errores defensivos dieron como resultado que nuevamente un conjunto ecuatoriano quedara eliminado en las fases finales. Meritorio el trabajo realizado en este compromiso que duró 180 minutos y que premió con el pitazo final al más consistente.
Sao Paulo, que no luce como en otras épocas, se basó principalmente en dos o tres aspectos puntuales: no se complica en defensa y yendo en contra del paladar lírico de un país históricamente acostumbrado a intentar siempre jugar, si hay que pegarle de punta hacia arriba lo hace, apoyado en la experiencia de un Rogerio Ceni que está lejos de ser un jugador atlético, pero que irradia la tranquilidad que solo tienen los grandes. Y quizás el punto más alto de este laureado equipo sea la creatividad que nace de un Kaká en descenso, pero que mantiene esa chispa de crack y de un futbolista que prometía ser extraordinario y solo es un muy buen jugador como lo es Ganso.
El análisis del rival nos deja el mal sabor de que se pudo hacer algo más, pero no fue así. Entonces me planteo y hago una mirada profunda para entender realmente a qué nivel estamos y asimilo que, para volver a ver flamear la bandera del país en una fase final, debemos seguir aprendiendo de los errores y aceptar que la única manera es apuntalando proyectos sólidos y sin exitismo.
Este Emelec con seguridad será recordado por el nivel futbolístico que tuvo de la mano del estratega argentino Gustavo Quinteros, pero el recambio vendrá a partir del próximo año y ahí estará la clave, porque cuando se diseñe el nuevo plantel se deberá tener en cuenta que para cumplir objetivos internacionales no solo basta con un buen cuerpo técnico y jugadores que trabajen correctamente, sino también con casta y mucha jerarquía.