Ecuador acogió por primera vez la Copa Libertadores de América Femenina, que consagró a Corinthians de Brasil como el nuevo campeón. El certamen tiene 11 ediciones y los clubes brasileños confirmaron su dominio, pues sumaron su octavo título. 

Los otros siete títulos se los reparten Santos (2), San José (3), Ferroviaria (1) y Osasco Audax (1). Solo Colo Colo de Chile, Sportivo Limpeño de Paraguay y Atlético Huila de Colombia pudieron cortar la racha de las brasileñas para levantar la Copa.

Anteriormente, Ecuador ya había organizado torneos sudamericanos femeninos.

Albergó la Copa América absoluta en dos ocasiones y también la de la categoría sub-20, el año pasado, pero se desarrollaron en la administración anterior de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). 

Los nuevos miembros de la organización asumieron el reto sin experiencia previa, pero se mostraron satisfechos con lo realizado.

Lo propio expresó la Conmebol, que brinda cada vez mayor importancia a los torneos femeninos de clubes y eso es notorio con los premios económicos que entregó la Copa, que superaron los $ 200.000 y que fueron repartidos entre los 16 equipos.

En cierto momento existió preocupación por las protestas sociales que se dieron justamente en los primeros días de la Copa. El Comité Organizador Local se mantuvo alerta de los incidentes y solo se paralizó el torneo durante dos días, cuando las cosas retornaron a la calma.

“El impacto que tuvieron los equipos fue mínimo. Tomamos medidas inmediatas y cambiamos a ciertas delegaciones que tenían su alojamiento en zonas conflictivas. Después de eso no se registró ninguna anomalía”, señaló William Poveda, coordinador operativo del torneo.

El pico más alto de asistencia se registró en el partido de cuartos de final entre Deportivo Cuenca y Cerro Porteño, que terminó con victoria para las paraguayas.

Para ver ese duelo llegaron unas 3.000 personas, mientras que para la final asistieron 2.500 aficionados.

Poveda también señaló que el nivel demostrado por equipos de otros países significó una motivación adicional para Ñañas y Deportivo Cuenca, los representantes ecuatorianos en el torneo.

“El fútbol femenino es una realidad, una tendencia irreversible. Lo más importante es que se desarrolle aún más el fútbol femenino”.

Los clubes se marcharon agradecidos de Ecuador y lo demostraron en sus redes sociales. Las campeonas de Corinthians publicaron una foto después de su último entrenamiento en la Casa de la Selección, junto a la bandera de Ecuador.

Lo propio hizo Peñarol de Uruguay, eliminado en la primera fase, que se mostró sorprendido por las instalaciones que les facilitaron para entrenarse, en la Casa de la Selección y también en el complejo de Independiente del Valle.

Además de esos dos campos de entrenamiento, los 16 equipos usaron las instalaciones de Universidad Católica en el sector de La Armenia, y el de El Nacional en Tumbaco.

El próximo año, el certamen se trasladará a Chile y la organización ecuatoriana absorbió conocimientos para futuros eventos de la Conmebol: el más grande de ellos será la Copa América de 2024, que se disputará en Ecuador, según el calendario de torneos del ente sudamericano. (I)