Recuerda cuando realizaba planas de caligrafía en aquellos cuadernos de 2 y 4 líneas? La tarea aspiraba a cumplir una meta: mejorar la escritura. Pero ahora, con la llegada de la PC, de su hermana menor, la tablet, y de los teléfonos inteligentes, los nuevos alumnos escriben ‘a mano’ cada vez menos.

Para 2015 el departamento de Educación de Estados Unidos indica que ya no será obligatorio “escribir a mano y con buena caligrafía para pasar de curso”. Los tiempos han cambiado, tal cual lo menciona Marc Prensky en su libro Nativos digitales, nativos migrantes. La generación del milenio, y los chicos multitasking (multitarea) están aquí. Para los pequeños que nacieron después de los noventa, la escritura ‘a mano alzada’ y en hojas de papel podría ser una escena de películas antiguas en la que los protagonistas son sus hermanos y padres, no ellos.

Linda Romero, de 35 años, recuerda que cuando estaba en la primaria, luego de la escuela, lo primero que hacía eran sus planas de caligrafía Palmer. Además en la clase siempre usaba cuadernos de 4 líneas para mejorar el dictado. “Era zurda y mi letra siempre fue fea, pero de tanto practicar aprendí a realizar hasta letras góticas”, cuenta entre risas.

Hoy con su hija de 5 años es distinto. La pequeña Elena cursa el 4° grado en una escuela de Guayaquil y tiene una letra “decente”, según su madre, pero las planas de caligrafía son escasas. “Solo tiene clases de esta asignatura una vez cada 2 semanas”, dice Romero.

Si bien aún le cuesta dominar el lápiz o la pluma, con el iPad de su padre, sucede lo contrario. “Juega ‘Angry Birds’, ‘Star Wars’ y sabe cómo tomar fotos y enviarlas por chat. Es increíble”, exclama la madre.

¿Por qué el cambio?

La civilización humana, tal cual la conocemos hoy, se ha distinguido de sus ancestros primates por hacer de la escritura un invento que cambió la historia. “Es el aporte más importante de los pueblos agrícolas, como Mesopotamia y China. Fue tan vital que se considera que la prehistoria termina y la historia empieza cuando el ser humano aprende a escribir”, reza un informe de la Universidad de Standford en EE.UU.

Precisamente se cree que la escritura fue inventada en Mesopotamia (actualmente Irak) unos 6 mil años antes de Cristo. Hay además un posible intento de escritura en las cavernas de China.

Al igual que los sumerios en Mesopotamia o los pueblos egipcios, los humanos del siglo XX cambiaron costumbres y hábitos con los avances tecnológicos. Si la llegada de los primeros teléfonos inteligentes ha modificado la lectura (55 % de los nativos digitales en EE.UU. leen noticias en sus smartphones, según Reuters); la aparición del iPad (en 2010) al parecer cambió la escritura. Esta tablet, inventada por Steve Jobs, vino con características nuevas: un algoritmo para predecir la escritura, un diccionario en varios idiomas y la facilidad para escribir con los pulgares.

Además con el iPad aparecieron las primeras aplicaciones móviles y luego vino el chat de ‘WhatsApp’, un servicio de comunicación con 500 millones usuarios en el mundo.

En Ecuador por ejemplo, el 47% de niños entre 6 a 9 años tiene un celular según la encuesta Generación Interactiva, capítulo Ecuador. Este estudio, que agrupó a 2 mil colegios con más de 100 mil escolares encuestados y tuvo la colaboración del Ministerio de Telecomunicaciones, muestra la incidencia de la tecnología y gustos de los niños y adolescentes de hoy.

Riesgos de decir adiós al lápiz

Aquellas destrezas que muestran los más pequeños y la facilidad de los adolescentes para adaptarse a la era digital sorprenden a los padres. “Mi hijo maneja el iPad mejor que yo”, dice Fernanda Sarmientos, madre de un pequeño de 8 años.

Pero estas aptitudes ‘innatas’ amenazan con olvidar la toma de notas con lápiz y en papel, o muchas veces los pequeños prefieren realizar las tareas en computadora, incluso —dice Fernanda— se debe a que “los maestros las piden así (hechas en la PC) y con gráficos virtuales”.

¿Tiene sus riesgos dejar de escribir a mano? En la Universidad de Indiana, Estados Unidos, elaboraron un informe explicando que escribir a mano activa más regiones del cerebro y favorece el aprendizaje. Otra investigación realizada por científicos europeos demostró que usar lápiz o pluma promueve la actividad cerebral mucho más que digitar un teclado, debido a que se estimulan simultáneamente las habilidades visuales, motoras y cognitivas.

“Desde el punto de vista sicológico las áreas del cerebro que están listas para la lectoescritura mandan una orden para ejecutar los movimientos de las manos y eso implica además una coordinación del ojo con la mano”, explica la psicóloga educativa, Elizabeth Montenegro.

Según Montenegro, escribir a mano es igual a plasmar “nuestro pensamiento directamente en la hoja”, pero con la tablet o teléfono ‘estoy pendiente más de las letras que de lo quiero decir”.

Los estudios de neuroimagen, citados por el diario español ABC, evidencian que el cerebro se activa más cuando se escribe que cuando se teclea. En el primer caso se crea una representación interna de las letras que involucra la integración de las áreas visuales y motoras del cerebro.

Además escribir mejora la ortografía, el sonido y el significado de las palabras, “hay niños que saben usar el computador y aprenden rápido, pero cada vez más observo pequeños con facilidades para diferenciar acentos o palabras esdrújulas”, dice la maestra de primaria Lorena Intriago.

“Cuando los niños se limitan a teclear, simplemente están representando en su cerebro un mapa del teclado”, cita el estudio de la Universidad de Indiana.

Otro informe científico, esta vez del profesor William Klemm de la Universidad A&M de Texas (EE.UU.) indica que el solo hecho de escribir “ayuda a desarrollar lo que en neurociencia se llama función ejecutiva, es decir un conjunto de habilidades cognitivas que permiten planear, autorregular y ejecutar tareas”.

La mayoría de estudios y especialistas citados concuerdan en que la tecnología no erradicará por completo a la escritura, siempre que en las escuelas se insista en la importancia de la gramática, ortografía y sobretodo la lectura. La tecnología va a seguir existiendo, la clave está en saber combinar los nuevos inventos con los antiguos, y aprovechar lo mejor de cada uno en favor de la generación del milenio.

ESPECIALISTA

Escribir, un proceso mental

Elizabeth Montenegro, Psicóloga Clínica

Cuando el niño escribe, es la mano la que va memorizando la forma y el movimiento del trazo y eso se traslada a una representación mental. Tanto la visión mental como motora se involucran. Cuando se escribe a través de la computadora lo que los chicos, en el mejor de los casos, aprenden es mecanografía; es decir asocia cada uno de los dedos con una determinada tecla. Van a asociar solamente la tecla con la posición, más no la representación gráfica de la letra.

La escritura incide en la rapidez para trasladar las ideas de manera escrita, en cómo las van plasmando. Además incide en la ortografía porque cuando ellos quieren escribir a través de aparatos tecnológicos su escritura no es tan rápida como cuando se hace a mano; empiezan a cortarse las letras, a sustituirse palabras, a restringirse mucho el uso del lenguaje y más. Esto es grave porque el estudiante empieza a restringir su lenguaje a palabras muy básicas y simples, que ocasionan que la calidad de pensamiento y de reproducción del texto no sea la adecuada. La limitación del vocabulario implica la representación y el conocimiento.

Además, el desarrollo de la motricidad fina no implica solo sostener el lápiz, sino otros tipos de actividades de trazo fino necesarias para la persona como sostener los utensilios. Todo eso sigue un proceso evolutivo, si se acorta se interfiere también en los procesos de adaptación de la persona.