Cómo hacer para que el bebé duerma toda la noche
Antes de los 4 meses los bebés tienen una necesidad de sueño diferente a la de los infantes de más edad. Existen miles de historias de padres, especialmente de los primerizos, que cuentan sus aventuras de desvelo.
Los especialistas explican que cuanto más pronto se establezca una rutina para la hora de ir a dormir, mejor será. “Tu bebé estará más relajado si sabe lo que viene después... dormir”, asegura la pediatra Jodi Mindell, quien además es la autora del libro Dormir toda la noche.
Todos sabemos que la falta de sueño afecta el ánimo, la concentración, y el control de una persona. Deja a cualquiera desquiciado, mal humorado y desanimado. Si un padre o una madre no duermen, la paciencia que deberían tener para enseñar a su bebé a dormir, será nula.
El aprendizaje de un bebé se basa fundamentalmente en la repetición. Si repites muchas veces la palabra “mamá”, esta será la primera palabra que dirá el bebé. Si lo acostumbras a que duerma con un osito de peluche, él estará adquiriendo un hábito.
Lo mismo ocurre con la comida, con el juego, y con el sueño. Y todo requiere de paciencia.
“Mientras más relajado esté, más probable será que se vaya a la cama fácilmente y se quede dormido o dormida rápidamente. Hay que aferrarse a una rutina lo mejor que puedas, incluso cuando no estés en casa. Eso puede ayudar a tu bebé a adaptarse a entornos que no le resultan familiares”.
La pediatra Marianella Carbo explica que los padres tienen toda la libertad de implementar la rutina que más conveniente crean para la criatura y para ellos. Detalles como darle un bañito, ponerle el pijama, leerle un cuento y hacerle mimos, o jugar a un juego tranquilo servirán.
Es importante enseñarle que su cuarto o el lugar que ustedes hayan escogido para el descanso del niño es un lugar agradable, y no el lugar a donde se le espanta el sueño. Si se altera cuando ve que te vas después de acostarlo, los mimos con gestos ayudan a relajarlo.
¿Cómo hacer que el infante duerma como un angelito? A continuación detallamos los consejos de los especialistas:
Déjalo jugar un poco
A veces es una ayuda permitir que tu bebé descargue energía acumulada en su sistema antes de intentar prepararlo para la noche. Por lo tanto, tómate la libertad de llevarlo “a caballito” o permitirle balancearse en la sillita mecedora si tiene ganas.
Siempre y cuando a cualquier juego bullicioso le siga algo más calmado como un baño o un cuento antes de irse a dormir, ese puede ser el primer paso a la hora de ir a la cama.
El bañito
Una de las actividades más populares para antes de irse a dormir es el baño. Sentarse en el agua tibia es una experiencia relajante, y hacer que tu bebé esté calentito, limpio y seco es una gran manera de facilitarle la hora de irse a la cama.
El baño también es una forma maravillosa de que tu pareja pase un momento especial con el bebé, sobre todo si tú estás amamantando y él no puede ayudar mucho con las comidas.
Si tu bebé se pone nervioso durante los baños o no los disfruta, probablemente sería mejor eliminarlos del ritual nocturno; en lugar de eso, dale mimos para tranquilizarlo o léele un cuento. Es importante tomar en cuenta que los baños no deben realizarme pasadas las 20:30 para ir creando un hábito en el infante.
Distinguir entre día y noche
Un recién nacido duerme de 16 a 18 horas al día, con el sueño distribuido en 6 o 7 períodos. Puedes ayudar a tu bebé a distinguir entre el día y la noche, para que así duerma durante lapsos más largos por la noche. Durante los períodos de sueño del día, déjalo dormir en un cuarto con mucha claridad, donde pueda escuchar los ruidos naturales del día. Puedes colocar el moisés en el comedor de la casa. “Hay niños que duermen arrullados por el sonido de la licuadora”, explica Carbo.
Por la noche, su cuarto debe ser oscuro y silencioso. Da a tu bebé señales de que es de noche dándole un baño y poniéndole un pijama. Los juegos deben ser más tranquilos. Él irá creando en su subconsciente que ya se acerca la hora de dormir por más tiempo.
Observa sus señales de cansancio
Una manera de animar el buen sueño en tu bebé es familiarizarte con las señales de cansancio y ponerlo a dormir apenas muestra esa señal. “Un bebé que trata de mantenerse despierto cuando está cansado es un bebé descontento. Con el paso del tiempo, este comportamiento desarrolla la falta de sueño que complica más el desarrollo de un patrón de sueño deseable”, señala Mindell.
Las señales más comunes son el bostezo, el silencio, la pérdida de interés por los juguetes, una mirada vidriosa y hasta fatiga. “Póngalo a dormir cuando se vea cansado”.
Cuéntale cositas
La hora de irse a dormir brinda una buena oportunidad a los padres para dedicar un rato a hablar con el bebé. No hay que esperar a que tu bebé sea lo suficientemente grande para contarle cómo te fue ese día. Otra opción es que simplemente repases lo que le sucedió a él, por ejemplo, si fueron al parque o comió una nueva papilla.
Una recomendación muy importante es que hay que hablarles con palabras propias y no entrecortadas o inventadas, esos contribuirá a un buen desarrollo del lenguaje.
Dale las buenas noches
A muchos bebés les gusta que los lleven a recorrer la habitación o la casa y decirles buenas noches a sus juguetes favoritos, a las personas y a otros objetos.
La magia de un cuento y una canción
El ritual que compite con el baño como uno de los favoritos antes de irse a dormir es la lectura de un cuento. No solo tu bebé aprenderá a reconocer nuevas palabras, los estudios han demostrado que las habilidades en el lenguaje e incluso la inteligencia pueden depender de la exposición diaria del bebé a un amplio vocabulario, sino que también se beneficiará del tiempo que pasas con él.
Cantar una canción de cuna siempre ha sido una forma de ayudar a un bebé a dormirse. A tu pequeño le encanta escuchar su sonido preferido tu voz y la melodía suave y tranquilizadora puede calmarlo.
Especialista
El sueño del bebé se torna más complejo a medida que crece
Después de la semana de nacimiento, varios padres sienten un cúmulo de sensaciones cuando ven a su hijo o hija sonreír como si estuviera soñando con algo placentero. Pero ¿qué sueñan los bebés?
Hoy en día, los especialistas se inclinan por pensar que los recién nacidos sueñan principalmente con sensaciones como texturas, olores, el sabor de la leche materna, el calorcito del baño o el frío al salir de él... Estos sueños, en principio muy básicos y difusos, se van haciendo más ricos y complejos a medida que los niños crecen. La clave de su contenido llega hacia los 18 meses, cuando muchos niños (sobre todo niñas) ya son capaces de contar lo que sueñan.
Tampoco hay demasiados datos porque a esta edad les cuesta diferenciar los sueños de la realidad: viven los primeros como experiencias reales, por lo que al hablar de ellos suelen mezclarlos con hechos que les han ocurrido ese mismo día. De nuevo el paso del tiempo es el que ayudará a ir discriminando sueño y realidad. Pero estos primeros sueños relatados indican imágenes y situaciones muy simples y cortas, así como determinados sonidos familiares.
Sandra Sánchez, pediatra y especialista en el sueño infantil.
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En la cama
Sin duda la siesta es importante para el pequeño, pero tampoco hay que exagerar, ya que de otro modo perderá horas de sueño nocturno. Una buena siesta no debería alargarse más de 3 horas. Transcurrido ese tiempo, hay que despertarlo —lo que se debe hacer con mucho cuidado y cariño—, ya sea cambiándole el pañal, poniéndolo vertical, sentándolo sobre ti, haciéndole cosquillitas en los pies o las manos, eso le gustará.
Si el bebé se despierta, hay que atender sus necesidades alimentándolo o consolándolo si es preciso, y a continuación se le debe volver a acostar. Todo esto con el mayor silencio posible en el ambiente en el que se encuentren, sin encender la luz si puede evitarse y por supuesto, sin encender la TV o poner música. El bebé se tranquilizará y se dormirá a tiempo.