Wolfine cambió las carretillas por los escenarios
Durante 18 años, las ventas de hot dogs, sánduches y pizzas fueron las que costearon las grabaciones musicales de Wolfine. Tras el éxito de “Bella”, el cantante colombiano dejó a un lado las carretillas de alimentos para dedicarse de lleno a los escenarios internacionales.
“Lo de la música es bien difícil, a veces me tocaba sobrevivir. Hace dos años me fui para México a guerrearla y laborar, incluso, en un restaurante en el cual yo era un trabajador de la cocina común y corriente. Me siento orgulloso de decirlo porque cualquier persona que tenga un sueño puede lograrlo”, dice con la voz quebrada el artista colombiano que visitó la semana pasada Guayaquil.
Andrés Zapata, nombre de pila de Wolfine, siempre trabajó en la línea de alimentos ya que su madre vendía hot dogs. Creció en Manrique, un barrio de Medellín donde las pandillas y el narcotráfico eran los reyes de las calles, pero en esa etapa eligió la música y vender comida como sus padres.
El cambio de género
Amante de la salsa, el rap fue el género con el que se inició en su carrera musical antes de incursionar en el reguetón.
Admite que de pequeño era aficionado a las peleas. No de observarlas, sino a participar en ellas, por eso le pusieron Wolfine: lobo de pelea. Pero eso alejaba a las muchachas, así que le dio una connotación de “lobo fino”.
“Me gustaba pelear y lo hacía sin pensar en las consecuencias”.
En la lista de los protagonistas de sus riñas incluía a hermanos de los jefes de pandillas que incluso lo amenazaron de muerte.
“Escribir rap era la forma que tenía de sacar toda mi rabia, en lugar de vengarme”. Pero los años pasaron y ahora, a los 40 años, vive una vida más tranquila y familiar junto a su novia y siete perros, alejado de cualquier riña y centrado en evolucionar y aprovechar su popularidad.
Para Wolfine cada etapa de su vida es importante y todas han aportado para este proceso que lo llevó al éxito.
“He cantado lo que he vivido en cada momento. Antes era más violento, después era más de fiestero. Ahora estoy más tranquilo y bien sentimentalmente. Soy más maduro como persona y como músico”, reconoce.
El éxito de “Bella” y Maluma
Era mayo de 2016 y tras vender cuatro meses sánduches en Monterrey, en el que varias personas lo reconocieron –por su larga trayectoria musical–, decidió regresar a su Medellín sin imaginar que le llegaría el ansiado éxito internacional que tanto buscó.
“Dios me dio la oportunidad de cumplir mis sueños y sé que lo voy a aprovechar al máximo. Yo tengo en el cielo un ángel -que es mi madre- y me cuida”, dice con voz muy entrecortada y algo solloza en diálogo con EL TELÉGRAFO.
A su retorno a Colombia se peleó con su novia y ahí escribió “Bella”. Su connotación, explica, fue sobre la preocupación al alejarse de alguien que ama. Sin embargo, reconoce que cada persona tiene su propia interpretación.
La versión original se viralizó y actualmente cuenta con 505 millones de visitas. No obstante, cuenta con un remix junto a su amigo Maluma que en dos meses tiene más de 137 mil reproducciones.
Wolfine detalló que conoce a Maluma desde sus inicios.
Él incluso grabó varios de sus temas en el estudio musical del intérprete de “Cuatro babys”, en esa época ambos también jugaron fútbol.
“Maluma es un parcero que yo conozco hace muchos años - él también es de Medellín-. Nos vimos muchas veces, pero nunca se dio la oportunidad de hacer algo juntos”.
Cuando salió “Bella” y fue un éxito mundial Wolfine llamó a Maluma para invitarlo a una colaboración.
“Le dije: parce tengo una canción que es un éxito, quiero que usted le meta y que me dé la ayuda porque usted obviamente está en el top y eso me ayudaría mucho a mí. Me dijo: muéstremela si me gusta yo le digo”.
Tras escucharla Maluma se enamoró de la canción.
“El hecho de que me dé la oportunidad de trabajar con él es muy bonito. Para mí Maluma es un gran ser humano. Es una persona que le gusta ayudar y eso es muy valedero”. (I)