Publicidad
El trap tiene sus adeptos a pesar de la crítica social
El trap es un género que nace de la mezcla del hip hop y la electrónica. Su nombre deriva del argot que usan los estadounidenses para referirse al lugar donde se vende droga de manera ilegal.
Este estilo musical nació en el sur de Estados Unidos en los 90 y ha crecido hasta ser reconocido en toda Europa y Latinoamérica.
Carlos Miranda Muñoz, joven compositor y cantante ecuatoriano de trap y rap, cuenta que en los tres últimos años se ha dedicado a componer temas con este ritmo y que en ese tiempo ha notado la gran acogida que tiene.
“Yo compongo porque me gusta escribir canciones. Además veo la fuerza con que está pegando el estilo musical”.
Desde el 2015 el trap tiene mayor fuerza. Los cantantes como Anuel AA, Bad Bunny, Ozuna y Noriel comenzaron a exponer este genero. Los temas han generado gran aceptación entre los jóvenes ecuatorianos de 15 a 25 años.
Jerry Sobrevilla, de 20 años, dice que le gusta este ritmo porque el contenido lo inspira. Asegura que las letras están relacionadas con el diario vivir.
El trap está revolucionando y es consumido por los adolescentes.
Naldo Campos, músico y arreglista de 67 años, considera que este género al igual que el resto tiene importancia; pero aclara que la falta de cultura musical genera que el ecuatoriano no aprecie lo nuestro.
El trap introduce letras relacionadas con las drogas, el sexo, la marginalidad y en ocasiones se recurre al insulto y a la provocación. Pero aun con todo este tipo de epítetos no para de sonar en las discotecas y el gusto en la gente crece.
Andrés Martínez, sociólogo de 56 años, asegura que los seres humanos solemos imitar comportamientos; roles buenos o malos. “Esto pueden influir en nuestra conducta pero ello depende de cómo asumimos lo que escuchamos”.
“El ecuatoriano imita mucho las conductas extranjeras. Cerrar los ojos ante esa realidad es complicado porque si no escuchamos ese género en la radio lo veremos en redes”. (I)