Con el camino cuesta arriba en las eliminatorias sudamericanas, Gustavo Quinteros se aferra a las posibilidades matemáticas y a su trabajo para seguir luchando por la clasificación al Mundial de Rusia 2018.

Pero su labor es cuestionada y vista con lupa haga lo que haga. La última convocatoria fue más criticada que las anteriores por no llamar a los legionarios que andan de vacaciones, a los jugadores del puntero del torneo ecuatoriano de fútbol o a figuras del resto de equipos.

¿Por qué insiste con Énner? ¿Qué hacen Pedro Quiñónez y Óscar Bagüí en la selección? ¿Por qué John Cifuentes no va de titular? y otras interrogantes más se generan como reclamo al entrenador.

La noche del jueves, en Boca Ratón, Estados Unidos, Quinteros utilizó una alineación coherente y su equipo respondió de acuerdo a la realidad individual de cada uno de sus jugadores, y tal vez no, en relación a lo que los hinchas quieren.

La ‘Tri’ mostró un mejor desempeño que Venezuela, generó mejores y mayores incursiones en el área rival aunque las estadísticas señalan una ventaja de un solo remate al arco (6-5) porque justamente el combinado ecuatoriano no estuvo fino para cerrar los ataques.

Entre Marcos Caicedo, Juan Cazares y Énner Valencia, el equipo elaboró juego ofensivo constantemente, siendo Ángel Mena el que menos se enchufó en esa función. El primero volvió a ser desequilibrante en la banda izquierda como lo hacía en Barcelona antes de la lesión; el segundo mostró que es el indicado para conducir al cuadro ecuatoriano si busca meterse más en el partido y no solo cuando le llega la pelota, mientras el exdelantero del Everton volvió a ser importante por su despliegue por todo el centro de ataque, aunque no deja de ser preocupante su falta de gol.

Ante las ausencias obligadas de Renato Ibarra y Miler Bolaños por lesión y el bajo nivel de Jefferson Montero, Quinteros se decidiría en los partidos de eliminatorias por los tres jugadores que ayer comandaron el ataque tricolor, en el cual se sumará seguramente Antonio Valencia como volante por derecha en lugar de Mena, que por la banda no pesa.

Pedro Quiñónez y Matías Oyola también sintonizaron con el trabajo  ofensivo y entre ambos. Salvo el gol del empate, después de que el volante de Emelec no cubrió a tiempo las espaldas del ‘Pony’, ambos estuvieron a la altura del cotejo. Pisaron frecuentemente los tres cuartos de cancha para presionar o sumarse a la elaboración del juego, utilizando pases precisos como mejor recurso.

En la zaga, Pedro Pablo Velasco tuvo un accionar sobrio, y destacó más en labores de marca que a través de desbordes, justamente su fuerte en Barcelona. Por la otra banda, Cristhian Ramírez fue difícil de pasar por los atacantes venezolanos y una vez más se dio tiempo para pasar al ataque como cuando tuvo la oportunidad de actuar frente a Chile, en el estadio Olímpico Atahualpa.

Entre los dos últimos y Mario Pineida están los futuros dueños de las bandas en la selección, a cargo desde hace algunos años por Juan Carlos Paredes y Walter Ayoví, cuestionados por rendimiento y edad, respectivamente.

Darío Aimar y Gabriel Achilier, pese a algunas desatenciones y otros cierres a destiempo, son los principales candidatos junto con Luis Caicedo para formar la dupla de centrales en la defensa. Esteban Dreer, en cambio, en las escasas acciones en que fue exigido respondió bien. Gabriel Cortez, Fernando Gaibor, Ayrton Preciado y, especialmente, John Cifuentes no tuvieron mucho tiempo para mostrarse, de todas formas los dos primeros en los pocos balones que tocaron, filtraron pases en callejón que pudieron ser mejor aprovechados. (I)