Era una misión difícil, pero no imposible. Chile debía ganarle a Brasil en Sao Paulo para clasificar de manera directa a Rusia o al menos obtener un empate para el repechaje. Incluso, perdiendo podía adquirir los boletos al Mundial si es que se daban una serie de resultados favorables, como ocurrió casi hasta el final del dramático encuentro entre La Roja y el Scratch. Pero, finalmente, la selección chilena cayó derrotada por 3-0, se quedó sin Mundial y además esta eliminación pone fin a la llamada “Generación Dorada” del fútbol chileno.

Hasta la fatídica noche del martes, el hincha promedio chileno y también la mayoría de los comentaristas deportivos se aferraban a que el equipo siempre terminaba por sorprender. No por nada ganó dos Copa América, en 2015 y 2016. Y venían de derrotar a Ecuador por 2-1 en Santiago. Pero aquello no bastó y las ausencias de jugadores clave ante Brasil como Arturo Vidal, Marcelo Díaz, el “Gato” Silva y un lesionado Charles Aránguiz se hicieron sentir. Chile aguantó el primer tiempo, pero una serie de errores, incluidos los del portero Claudio Bravo, le costaron caro y en el complemento el equipo de Neymar pasó por encima.

Pese a ir perdiendo, Chile se ilusionaba con al menos el repechaje. A esa altura, Colombia empataba con Perú y Paraguay perdía de local ante Venezuela. Así, a La Roja le bastaba un gol para el repechaje. Sin embargo, el tercer gol de Brasil le puso la lápida a un proceso que comenzó con Marcelo Bielsa en 2008 y que la llevó a Sudáfrica en 2010, que continuó con Jorge Sampaoli en Brasil 2014 y que tomó Juan Antonio Pizzi, quien no fue capaz de reordenar una selección que ya se sabía cómo y a qué jugaba y cuyo camarín, repleto de egos, se hacía ingobernable.

Precisamente todos los dardos de la prensa deportiva chilena apuntan a Pizzi, quien aclaró que “me descarto para seguir”. El hombre que más suena ahora es Manuel Pellegrini, quien no ha ocultado su deseo de terminar su carrera dirigiendo a La Roja. Chile había logrado asistir a dos mundiales consecutivos y aspiraba a un tercero; por eso, la eliminación ha provocado un profundo dolor, pero también un espontáneo agradecimiento a la selección comandada por Alexis Sánchez.

De todos modos, esas palabras de respeto y cierta altura de miras que pueden leerse en las redes sociales, indican también que este ciclo llegó a su fin. De hecho, tanto Bravo como Vidal han insinuado que dejarán la selección. El problema es que no hay mayor recambio y que el camarín está sumamente contaminado. Una muestra de aquello fueron los dichos de la esposa de Bravo, el capitán, una vez terminado el encuentro ante Brasil. A través de su cuenta de Instagram, Carla Pardo, dijo que “la mayoría se pelaban el culo, mientras otros se iban de fiesta”.

Los chilenos aún intentaban masticar la dura cara de la derrota y sostenían que finalmente el fallo del TAS terminó dejando fuera del Mundial a la “selección dorada”. Lo cierto es que Chile desperdició puntos clave, precisamente de local ante Bolivia (empató pero el TAS le dio los puntos a Chile y a Perú), ante Colombia (1-1) y ante Paraguay (0-3). El desgaste era evidente y también los problemas al interior del plantel. Aún Pizzi no explica por qué decidió marginar a Marcelo Díaz, jugador clave, de las últimas dos fechas eliminatorias.

Ahora, La Roja es apuntada por soberbia, por falta de humildad y hambre de triunfo, y también por las peleas internas. A partir de ahora se pondrá fin a un proceso largo y exitoso, cuyo futuro se ve incierto, al menos en el corto plazo. “Es una sensación muy amarga para todos, es muy doloroso”, comentó el defensa Gary Medel, resumiendo el sentir de parte importante del país. (D)