Los colores patrios se imponen en los atuendos de los hinchas ecuatorianos
Singulares trajes que recordaron a personajes de películas de acción como Hulk, hasta indumentaria recordatoria de la belleza del oriente ecuatoriano, identificados todos con los colores patrios, predominaron esta mañana y tarde en los exteriores del estadio Atahualpa, previo al duelo que a las 16:00 sostendrán Ecuador y Paraguay.
Pequeñas banderas pintadas en los rostros de los aficionados fue el recurso más utilizado por los hinchas que acudieron para respaldar al combinado nacional. Una simple caja de témperas y un pincel fue suficiente para conseguir algunas monedas extras en los ingresos del comerciante informal Byron Chicaiza.
Y como ha sido habitual en esta Eliminatoria, la camiseta tricolor no faltó. Los vendedores ambulantes que solo debían expender sus productos en la Av. De los Shyris se dieron modos para movilizarse entre los aficionados y ofertar sus productos.
Las réplicas amarillas se las comercializó entre 6 y 10 dólares. Junto a ellos los revendedores de entradas intentaron ganarse entre 10 y 15 dólares más por entrada, mas conforme avanzaron las horas decidieron rebajar sus ganancias por lo que los hinchas pudieron adquirir con un incremento de 5 dólares y hasta menos como fue el caso del guayaquileño Javier Espinoza, quien llegó exclusivamente para el encuentro y pudo conseguir su localidad a general a 23 dólares. “Tuve mucha suerte porque vine por la mañana y compré mi entrada casi al mismo valor”.
Espinosa, de 45 años, continuamente asiste a los partidos de la Tricolor y lleva siempre como colgante en un delgado hilo que usa de cadena la imagen del Divino Niño. “Esta es mi cábala y siempre me han salido bien las cosas y también a la selección”.
El amazónico, Olaf González de 70 años, es parte misma de los duelos rumbo al tercer mundial. Él estuvo en Alemania junto a los ecuatorianos y está seguro que este año clasificará a la cita en Brasil 2014. Cada partido de la selección González viaja desde Sucúa (Morona Santiago) hasta Quito para ser parte de los hinchas que logran alentar desde las gradas al equipo nacional.
Él se financia todo el desplazamiento así como el atuendo, que en cada partido es diferente. Hoy exhibió una corona de plumas, lentejuelas e hilos que le tomó un mes fabricarlo. El costo de ese accesorio bordea los 80 dólares, pero gracias que parte de los materiales le donan su gasto es menor. En su domicilio guarda cada una de las coronas que ha elaborado y que son alrededor de 20. “A más de acompañar a la selección lo que deseo es promocionar el oriente ecuatoriano y sobre todo la belleza natural que existe ahí”, refirió Olaf.
Con tambores, platillos y hasta una corneta, 8 representantes de la región austral (Cuenca, Paute, Chordeleg) acudieron a poner la nota musical en el ingreso mismo del escenario quiteño. Ellos con su singular acento y la habilidad en el manejo de los instrumentos incluso adelantaron el relato de un gol de Felipao, que fue el delantero en el que confiaron en su mayoría los ecuatorianos.
Los gritos de aliento también llegaron desde la provincia Manabí con 5 representantes que arribaron ayer en la madrugada y regresarán a su ciudad apenas concluya el encuentro. “Es la primera vez que vengo a Quito y solo por alentar a esta selección que nos ha dado hasta el momento grandes satisfacciones”, comentó Luz Suárez.