La “Tri” afianza sus fortalezas y corrige sus debilidades
La goleada de la selección ecuatoriana a la de El Salvador, el pasado jueves por 5-0, no solo demostró la superioridad que la “Tri” tiene sobre su rival centroamericano, sino también el avance que ha logrado en distintas aristas.
Ecuador ya tiene un estilo de juego definido que con el transcurso de los años se ha perfeccionado. El juego rápido por las bandas y la disposición táctica (4-4-2) ya son parte del accionar de la “Tri”.
Además, temporada tras temporada el fútbol nacional saca nuevas figuras, especialmente en el medio campo, la zona más fuerte de la tricolor.
El duelo ante los salvadoreños significó la demostración de la jerarquía de Antonio Valencia en la banda derecha, la constatación del buen momento como goleador de Felipe Caicedo y el retorno al gol de Christian Benítez.
Potencia ofensiva
El afianzamiento de la dupla de ataque Benítez-Caicedo ha beneficiado al combinado nacional en la cuota de gol, ya que en los últimos 6 encuentros ha convertido 14 goles, lo que da una media de 2.33 anotaciones por partido.
“Felipao” hizo la mitad de los tantos en esos duelos y ya tiene 12 dianas con la camiseta tricolor. Por su parte, el “Chucho” volvió a marcar luego de 8 meses y 6 partidos sin poder hacer un gol en el elenco nacional.
Esta efectividad que muestra ahora Ecuador es contraria a la falta de contundencia que tuvo la eliminatoria pasada, en la cual terminó con 22 goles a favor. En la actual ya lleva 12 a falta de 8 fechas para finalizar las eliminatorias.
Juego por las bandas
El arma de la “Tri” radica en su velocidad y desequilibrio por las bandas. Antonio Valencia y Jefferson Montero (los que se perfilan como titulares ante Paraguay) fueron veloces, encaradores y llegaron constantemente a la línea de fondo.
Aunque el juego del combinado, dirigido por Reinaldo Rueda, todavía se recarga sobre la derecha, donde actúa “Toño” Valencia, Montero se erige como otra opción de ataque por la izquierda y que poco a poco se ha ganado ese puesto.
No obstante, si en algún encuentro Valencia no pudiera estar, Renato Ibarra ha demostrado ser el reemplazo ideal del número 7 del Manchester United.
Lógicamente Ibarra todavía debe obtener experiencia internacional con la selección, pero se perfila como el relevo que en algún momento necesitará Ecuador.
Asimismo, por izquierda Montero tiene para largo, pero el joven Marco Caicedo quiere ganarse un puesto desde ahora y aunque no se observó ante El Salvador, sigue siendo una de las grandes promesas de la selección del país.
Aplicación en la marca
En el partido del pasado jueves, el rival solo tuvo una opción clara de gol y no pudo acercarse al arco ecuatoriano. Si bien el contrincante salvadoreño está practicando un fútbol discreto, la selección ecuatoriana ha demostrado su mejoría en el momento de marcar ante combinados más fuertes.
El ejemplo más cercano es el enfrentamiento ante Portugal en el que Nani, Cristiano Ronaldo y compañía fueron contrarrestados por la media cancha tricolor. Segundo Castillo y Cristian Noboa han demostrado su nivel internacional y cuando le ha tocado entrar a Pedro Quiñónez (posible titular ante Paraguay) no ha desentonado.
Luis Fernando Saritama también forma parte de este factor de marca; el ex Deportivo Quito funciona más como nexo entre la defensa y el ataque ecuatoriano.
Trabajo colectivo
Otro factor preponderante es la unión de grupo que existe en la actual nómina tricolor, lo que se ve reflejado en el campo. Futbolistas que no buscan el lucimiento personal sino el funcionamiento ideal del equipo.
El juego en conjunto se aprecia en la cantidad de paredes y triangulaciones que realiza la “Tri”, en la forma de llegar, a través de pases, al arco rival. Reinaldo Rueda dijo en una rueda de prensa que “Ecuador es un gran colectivo, porque el fútbol es un juego de equipo y no de individualidades” y esto se puede observar en el campo.
Ecuador podría entrar pronto en el “top ten” mundial. Los próximos partidos podrían ser determinantes para lograr ese gran objetivo.