El país recibió con gratitud a la Selección
Los jugadores de la Selección festejaron con canto, baile y humor su clasificación mundialista. Lo hicieron en el vuelo de retorno, una vez finalizado el encuentro la madrugada del miércoles pasado.
Apenas terminó el partido ante Chile, los jugadores abandonaron la cancha para saludar a los 1.500 ecuatorianos que los alentaron desde una esquina del estadio Nacional. Saltaron y gritaron como un grupo de “chiquilines” en medio del delirio de los compatriotas.
Los gritos, abrazos y aplausos continuaron en el vestuario. Allí Reinaldo Rueda habló con ellos para felicitarlos. Luego, el estratega fue al encuentro con los periodistas internacionales, para ratificar que el proceso cumplido exitosamente se debía en gran parte a la actitud muy profesional de los jugadores.
A las 02:00 de ayer la delegación embarcó en la aeronave de Tame. Una hora después, en medio de bromas, aplausos y parodias, Luis Antonio Valencia, capitán del equipo, iniciaba oficialmente el festejo. “Les habla el capitán de la nave. Hormiga no te guardes nada. Saludos para Castillo”, fueron sus primeras expresiones aprovechando el sistema de amplificación del avión.
De allí para adelante comenzó a sonar la música coordinada por el DJ Frickson Erazo. Entonces cada uno comenzó a mostrar sus habilidades para el baile, en medio de aplausos y expresiones jocosas durante las dos primeras horas del vuelo.
Minutos más tarde el cansancio pudo más. El ambiente en el avión se calmó y primó el silencio hasta la llegada a Guayaquil a las 06:05.
Recibimiento en Quito
El movimiento era inusual en la terminal aérea Mariscal Sucre en las primeras horas de la mañana de ayer. Las cerca de 20 personas que a las 06:30 estaban en el aeropuerto quiteño, lucían tranquilas mientras esperaban la salida de sus vuelos y otros aguardando la llegada de familiares.
En su mayoría no conocían de la llegada de los seleccionados. Sin embargo, la presencia de las cámaras fotográficas y de filmación de los medios de comunicación les alertó del acontecimiento.
Cuando el avión procedente de Guayaquil, con 12 seleccionados y el cuerpo técnico, tocó suelo quiteño, recibió los honores que se le hace habitualmente a las aeronaves cuando se inaugura una nueva ruta o cuando el comandante tiene una trayectoria en aeronáutica amplia.
Una parte de los seleccionados se quedó en Guayaquil y el resto avanzó hasta la capitalDos motobombas del Cuerpo de Bomberos expandieron sus potentes chorros de agua por sobre ella, como señal de victoria. Entonces la delegación nacional descendió, pero sus figuras tardaron en aparecer ante el público.
La espera por recoger las maletas demoró la salida de los tricolores y cuando lo hicieron, el delirio de quienes se encontraban en la sala de arribos internacionales se mezcló con los aplausos.
El primero en salir fue el zaguero Jorge Guagua y detrás suyo, el volante Segundo Castillo. Mostraron premura, no se detuvieron ante los hinchas que clamaron por una fotografía o por un autógrafo.
A diferencia de ellos, Luis Fernando Saritama y Édison Méndez sí se detuvieron para posar junto a los aficionados, autografiar las camisetas y hasta conversar con la prensa que esperaba sus reacciones.
“Estamos todos muy felices por lo conseguido y porque pudimos superar varios obstáculos. Lo más duro fue la muerte de Christian (Benítez) y a él está dedicada esta clasificación, así como a todo Ecuador”, refirió Saritama.
El atacante del Tijuana, Fidel Martínez, fue el más emotivo en el arribo. Agradeció a Dios por ser parte del combinado que consiguió la tercera clasificación a un mundial. “Esto es algo único, inédito en mi vida y está dedicado al país. El equipo demostró mucha garra en el cotejo y defendió a muerte la clasificación. Fue un partido muy intenso”, rememoró Fidel.
El último en salir fue el técnico Reinaldo Rueda. Lo hizo por otra puerta y dejó la terminal en una camioneta de la Policía.
RAFAEL CORREA HOMENAJEARÁ A LA “TRICOLOR”
Un reconocimiento público por la clasificación de la Selección Nacional a su tercer Mundial prepara para hoy el presidente de la República, Rafael Correa.
Al evento, que se desarrollará desde las 10:00 en la Plaza de la Independencia, están convocados todos los habitantes de la capital.
El único requisito es portar una camiseta amarilla. El programa será artístico y musical. Al mismo irán solo los 15 “tricolores” que militan en el balompié ecuatoriano. Los demás (8) ya se encuentran de regreso en los países en los que actúan deportivamente.
También estará el cuerpo técnico. Tras el homenaje, ingresarán a Carondelet para almorzar con el Primer Mandatario.