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Ecuador, 11 de Enero de 2025
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El Telégrafo

El fútbol argentino, una industria

Aunque las comparaciones son odiosas y dentro de una cancha las distancias entre las selecciones sudamericanas se han acortado, en cuestiones de valores y rentabilidad, el mercado del balompié argentino es superior al ecuatoriano.

Las diferencias no solo se ven en el costo de la nómina “albiceleste”, que bordea los $ 570 millones, en relación a la nacional, que aún no alcanza los $ 100 millones; sino también en los modelos de gestión aplicados por ambos países.

De acuerdo a Daniel Vardé, socio de Sport Consulting Deloitte, en una nota para el Clarín (Buenos Aires), el balompié argentino mueve un promedio de $ 2.000 millones  anuales, suma de los rubros que resultan de la transferencia de jugadores, publicidad, derechos de TV y taquillas.

NOVEDADES

El jugador más caro de  Argentina es Lionel Messi, que cuesta $ 159 millones. El de Ecuador es Antonio Valencia, quien está cotizado en $ 31 millones.

A los costos de los jugadores de las selecciones se suman sus sponsors. La “Albiceleste” tiene 16 patrocinadores; la “Tricolor” apenas tiene 7.

Otros mecanismos
para captar ingresos en Argentina son la organización de amistosos y la venta de franquicias para escuelas de fútbol en otros países.
En Ecuador, según un estudio de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), el fútbol, indirectamente, mueve $ 100 millones al año. Una coincidencia en ambas naciones es que, en los últimos años, la mayoría de los equipos de sus máximas categorías ha afrontado problemas económicos, pero en Argentina apostaron por cambiar algunos factores del manejo financiero para captar capital y superar el déficit.

El fútbol “gaucho” comenzó a cambiar sus fuentes de financiamiento: negociación de los pases de los deportistas y la renta de los derechos de TV, por obtención de publicidad, venta de entradas y renta por derechos de televisión. Esta, según explicó Deloitte, es lo ideal porque se deja de lado el modelo de exportar materia prima (futbolistas) por la oferta de “productos terminados”.

El que mejor interpretó este nuevo concepto es el club Boca Juniors, cuyos ingresos por marketing el año pasado aumentaron un 120%, con lo que alcanzó el 34% del presupuesto total. Otros clubes grandes también elevaron sus acciones de marketing en un 15%.  

Dentro del incremento de la publicidad, los clubes en Argentina le apuestan al “merchandising”, es decir, a estimular la compra de productos propios en establecimientos. Este nicho ha dado la obtención de $ 40 millones al año.

La explotación de las marcas de los clubes es manejada por los departamentos de marketing. Boca Jrs. y Newell’s Old Boys trabajan con Pro Entertainment, que en el caso de los “xeneizes” posibilitó el 70% de la venta total en el mercado a través de “Boca Productos”.

En cuanto a River Plate, Racing, Rosario Central, San Lorenzo e Independiente, la compañía Torneos y Competencias es la que trabaja con sus licencias. River, pese a los problemas comerciales que le acarreó el descenso, subió un 20% la comercialización de su marca.

En este sentido, según Aldo Hernández, representante de TyC, cuesta unir los lazos del club con hinchas, ellos entienden que, al comprar productos del equipo, lo ayudan. Ahora los clubes argentinos venden espacios en entrenamientos especiales, en los entretiempos de los partidos o mediante  sorteos.

Una idea original de Racing fue invitar a sus auspiciantes a disputar cotejos amistosos con exglorias de la institución. Huracán organiza copas internas en su estadio, como parte del plan de fidelización del club.

En Ecuador

Mientras eso ocurre en el balompié argentino, en el país los clubes de la Serie A no encuentran soluciones para sanear sus arcas. El Deportivo Quito, El Nacional y Liga de Loja atraviesan por situaciones difíciles. Los tres sufren insolvencia para pagar. Deportivo Cuenca, Macará y Barcelona tampoco están bien.

Sin embargo, no se conoce sobre estrategias que posibiliten salud financiera o, por lo menos, un alto al crecimiento de sus pasivos.

En El Nacional, los futbolistas resolvieron dejar de entrenar para presionar la cancelación de sus sueldos que, a decir de los deportistas, es de tres meses.

CIFRA
$ 300 millones fue el contrato que concretó Boca Jrs. en 2009 por la venta de su franquicia para escuelas en Ecuador
En el Quito, en tanto, llevan cuatro meses sin cancelar. En el club  existen discrepancias entre directivos y ex dirigentes. El extitular Santiago Rivadeneira indicó  que la institución está quebrada. A su juicio, en el país debería haber posibilidad jurídica de que los clubes sean sociedades anónimas.

Con esta moción discrepa el actual presidente Iván Vasco, quien considera que convertir a un club en sociedad anónima desnaturalizaría al fútbol. Opinó que cualquier modelo de gestión es bueno si existe una administración adecuada. Es partidario de vender mejor la marca, algo en lo que, aseguró, se está trabajando. Aclaró, además, que el Quito atraviesa una etapa de iliquidez, pero no está en bancarrota.

Independiente del Valle,  que no evidencia déficit, sostiene su economía con la negociación de jugadores, la publicidad y los derechos de TV. Al ser novel en la A, donde juega desde 2010, su plan es tener más simpatizantes (hinchas) para mejorar los ingresos por taquilla.

LA REPATRIACIÓN DE FUTBOLISTAS AFECTA AL PAÍS

La comercialización de pases de jugadores es un pilar fundamental para el Independiente del Valle. El club cuenta con un complejo que tiene 6 canchas, residencia, gimnasio, comedor e  instalaciones que sirven para capacitación deportiva y educación académica.  

De los $ 3’500.000 que se presupuestaron para 2013, el 20% se destina a las formativas y el 10% para movilización y viáticos.

Otra fuente de ingreso es participar en torneos internacionales; por este motivo la entidad tiene entre sus prioridades el éxito deportivo. Los canjes con empresas como TAME y Pronaca también le ayudan a cubrir movilidad aérea y alimentación.

No obstante, en la mayoría de clubes de la primera A, financiar la temporada es un tema complicado. Para algunos dirigentes, la permanencia de jugadores en el exterior es un problema a la hora de aterrizar en la realidad de la economía local. Elementos que jugaron en ligas de Europa o México, retornan al país a querer ganar lo mismo o, por lo menos, algo cercano a esas cifras.

Esto provocó que los clubes, en su afán de reforzarse, ofrezcan sueldos incompatibles para el medio, sin considerar los rubros para contratar a los extranjeros. Jorge Guagua, Michael Arroyo, Cristian Lara, Édison Méndez, Néicer Reasco, Luis F. Saritama, Vinicio Angulo, Eduardo Morante, Giovanny Espinoza, Pedro Quiñónez, Jairo Campos, Edson Montaño, son algunos de los que volvieron luego de militar en clubes de América, Asia o Europa.

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