Ojo al medio
¿Es Rodas lo que la derecha necesitaba?
La política, quedó claro ayer, es compleja y demanda mucho más que buenos modales. Afrontar la discusión, la reflexión o las inquietudes con otros argumentos y referentes es muy difícil para Mauricio Rodas. Ahora nos queda más claro por qué no conversa con este diario.
Ayer, además, saltó la enorme duda: ¿la derecha ecuatoriana, sin Nebot o Lasso, no tiene esa figura de recambio o de posicionamiento alternativo para ser considerada como parte de una oposición mucho más variopinta?
Vayamos por partes:
1.- Rodas maneja un discurso muy estructurado desde un libreto que si se mueve medio milímetro se tambalea. Y ese libreto sustenta una supuesta distancia con la confrontación directa, con un ser ‘políticamente correcto’ y desde una visión neoliberal evidente. Ahí se revela con claridad que si por un lado plantea una ciudad solidaria, por otro propone regresar a la privatización de la seguridad, la cultura, el esparcimiento y la movilidad. Se niega a reconocer que la obra pública es parte del gasto y de la inversión social. De ahí sus quejas sobre las obras que están en marcha y una postura de supuesta eficiencia y ahorro sobre la gestión de los proyectos del aeropuerto, metro y de la movilidad en general.
Lo de ayer fue la gran oportunidad para saber que Rodas no maneja las cifras adecuadas (además las subestima, bajo el pretexto de que las personas son lo importante) y desde allí confunde presupuestos, proyecciones y estadísticas.
En otras palabras, ahora está más claro que llegó a esta candidatura como una respuesta urgente a la baja popularidad de Antonio Ricaurte.
2.- De nuevo el aparato político y mediático de la derecha ha sustentado esta candidatura sin tener una mirada crítica. Por estar concentrados en ‘criticar’ a Augusto Barrera (que ayer demostró cuánto sabe y entiende de gestión municipal) los medios privados y comerciales se llevaron el gran fiasco al descubrir que Rodas no sostiene el mismo vigor, desenvolvimiento y supuesta habilidad para abordar temas complejos y discusiones de otro nivel.
Bastaría con revisar cómo fueron decayendo los ánimos y los mensajes entusiastas de los seguidores de Rodas desde las cuentas de los periodistas, analistas y políticos de la derecha, conforme se desarrollaba el debate, para entender cómo también se equivocaron en apostar por un candidato muy poco dado a la crítica.
Por tanto, en perspectiva: ¿la derecha volverá el 2017 a sufrir una derrota, como la de 2013, si sigue con el mismo libreto y las mismas figuras pensando que con solo apoyarse en los medios privados y comerciales y teniendo un comportamiento ‘políticamente correcto’ se hace verdadera política?