“Ha sido un año increíble para el fútbol de las mujeres. Lo siento por quienes se hayan dado cuenta solo en este momento, llegan un poco tarde, pero los perdonamos”.
Esta frase bien podría ser de Madelin Riera, Fernanda Vásconez, Giannina Latanzio y decenas de mujeres futbolistas ecuatorianas más, pero es de Megan Rapinoe, jugadora estadounidense que deleitó con su magia a quienes observaron el Mundial de fútbol femenino que se disputó en julio en territorio francés.
La reflexión, histórica, fue parte del profundo y contundente discurso que expuso Rapinoe la semana pasada en la gala de la FIFA tras recibir de manos del presidente del organismo, Gianni Infantino, el premio a mejor futbolista mujer del año.
El balompié femenino rompió barreras en 2019. Los números del Mundial de Francia lo corroboran y dan fuerza a las palabras de su goleadora. Nunca en la historia, un certamen de esa naturaleza contó con tantos televidentes. Entre los países participantes se generó una audiencia de 850 millones de seguidores.
Y a nivel global la cifra superó el billón, por encima de los espectadores que obtuvo la edición de hace cuatro años en Canadá, fruto de la señal de 126 canales a 206 países. La FIFA, por su parte, pasó los 2 millones de seguidores en las redes sociales relacionadas al certamen.
Para el fútbol ecuatoriano, 2019 será inolvidable. La creación de la Superliga femenina dio la posibilidad de que 22 clubes y más de 400 jugadoras capten la atención hasta de quienes creyeron durante muchos años que este deporte no era cuestión de mujeres.
Ñañas y Deportivo Cuenca no solo disputaron el título de campeón sino también representaron la noche de ayer a todas las participantes de un certamen que generó emociones cada fin de semana.
¿A quién le interesará ver partidos de mujeres?, ha sido la pregunta más repetida en los debates acerca de la posible organización de torneos femeninos. El interés masivo no fue tema exclusivo del Mundial. La mañana del viernes las 15.000 entradas que salieron a la venta para acudir al estadio Alejandro Serrano Aguilar ya se habían agotado. Definitivamente, el fútbol femenino sí tiene público.
Y sobre todo estrellas que necesitaban de un torneo mejor organizado para mostrarse y llamar la atención, como Rapinoe dentro y fuera de la cancha. (O)