Desfiles, honores militares, ovaciones. No se trataba de ninguna procesión de carácter religioso, tampoco los aplausos tenían que ver con algún triunfo deportivo ni nada parecido.
Se trataba del primer barril de petróleo que fue paseado por las principales calles de Quito en medio de la admiración de la muchedumbre que, en plena dictadura militar, en julio de 1972, creía que los hidrocarburos que el país comenzaba a exportar nos llevarían hacia el tan anhelado desarrollo económico.
Desde entonces el petróleo se consolidó como el principal recurso de exportación, por encima del cacao y del banano que, hasta entonces, sustentaban las exportaciones.
Brotaba a raudales en la Amazonía y se constituía en el principal recurso natural no renovable, pero también generó ilusiones durante las siguientes décadas y los políticos que llegaron al poder sustentaron sus programas económicos en los altos precios del crudo en el mercado mundial. Tan importante fue que decidieron subsidiarlo para que todos nos beneficiemos de los precios regalados.
¿Pero realmente benefició a todos los ecuatorianos? Se habla de subsidios por más de $ 60.000 millones, una cifra que hubiera sacado a miles de personas de la marginalidad. La fundación Friedrich Eber, citando a la Academia de la Lengua, sostiene que los subsidios son una prestación pública asistencial de carácter económico y de duración determinada.
Pero no ha sido temporal, los subsidios llegaron para quedarse y fueron la causa para distorsiones en la economía porque -comprobado está- beneficiaron a la clase media alta, a las mafias del contrabando y dejaron muy poco para la clase trabajadora.
Un par de referencias que aclaran la diferencia de precios con los países vecinos: gasolina extra en Ecuador, $ 1,48; en Colombia, $3; y en Perú, $ 4,19; el diésel, $ 1,04 en nuestro país; $ 2,80 en Colombia y $ 3,64 en Perú.
Los gobiernos anteriores estaban conscientes de esta realidad y, como dijo el Presidente: “Mis opositores están de acuerdo con estas medidas en privado, pero no se atreven a decirlo en público”. (O)