Silenciar o minimizar la realidad es una forma de atentar contra la libertad
No solo fueron académicos y artistas internacionales de alto nivel los que vinieron a Ecuador, en esta semana que termina, para participar en el ‘Primer Encuentro Sur-Sur. Geopolítica, Arte y Creatividad para el Buen Vivir y la transformación social’ organizado por el Ministerio de Cultura, sino que desde varias provincias del país, se movilizó a un valioso grupo de creadores, pensadores, activistas y gestores culturales locales que, durante tres días, debatieron las relaciones entre arte, derechos ciudadanos, política y participación social.
Este hecho no significó más que una nota corta en la prensa comercial, sin reconocer que la presencia de los intelectuales y artistas convocados, que además de tener trabajos académicos ampliamente debatidos en los estudios culturales y haber acompañado procesos de lucha social en distintos países de Latinoamérica, era la oportunidad ideal para auscultar, a través de entrevistas, reportajes o crónicas, sus propuestas, planteamientos y pronunciamientos en contra del régimen colonial de vida que aún persiste y se reproduce, mediante dispositivos económicos, políticos y simbólicos en nuestro territorio.
Por ejemplo, una de las académicas que disertó en el encuentro fue la uruguaya Mabel Moraña, profesora de Artes y Ciencias en la Universidad de Washington. Su extenso trabajo investigativo contiene, desde un análisis al rol de los intelectuales en el continente y a la formación de los imaginarios Latinoamericanos post-nacionales después de la Guerra Fría, hasta críticos estudios literarios que abordan a autores como José María Arguedas, Carlos Monsiváis, Sor Juana Inés de la Cruz, entre otros.
Desde las intervenciones artísticas, el país tuvo el honor de presenciar el performance realizado en el Teatro México del escritor y artista visual chileno Pedro Lemebel, quien desafió a la audiencia a repensar el lugar del pueblo y los homosexuales en los procesos que está viviendo Sudamérica.
Así se desarrolló el encuentro, cargado de personajes e ideas que desestabilizaban paradigmas y proponían nuevas formas de entender y relacionar al Estado y las prácticas artísticas. Así pasó la prensa comercial, silenciando y minimizando esta realidad.