Hay un video en la web en el que aparece tranquilo, sin embargo sus declaraciones no dejan de ser contundentes. “Decías que era un honor hablar conmigo, yo creo que es mi obligación hablar con los jóvenes, además que es un placer...”, contesta Pedro Saad Herrería a ese joven que le presenta en el video, y añade: “...tratar con los jóvenes es una forma de rejuvenecerse, aunque preferiría que fueran ‘las jóvenes’, porque ahí el rejuvenecimiento sería más directo” .

Pedro Saad Herrería, que murió el jueves, era grande, de porte y espíritu. Estuvo vinculado durante toda su vida a la actividad política y cultural nacional, y fue un historiador, escritor, guionista y hombre de teatro ecuatoriano. Sus amigos de la editorial El Conejo, espacio en el que publicó sus obras, le recuerdan como un ser capaz de escribir libros en cuatro días, muestra de ello son La caída de Abdalá, La caída de Mahuad, La caída de Lucio..., que salieron bajo su sello y que “quedan como registro de una etapa crítica de la política ecuatoriana”. Entre otras de sus facetas está el haber sido uno de los fundadores de la Asociación de Cineastas del Ecuador (Asocine). Además se desempeñó como diplomático y ministro. En abril, fue condecorado con la Medalla al Mérito Cultural, en reconocimiento a su “amplia y prolífica trayectoria intelectual”.

La mejor manera de recordar a alguien del peso de Pedro Saad Herrería es leyéndolo, pero también escuchándolo. De los pocos registros audiovisuales que hay de él, cabe destacar ese video que se citó al inicio, en el que a pesar de durar poco más de 12 minutos, plantea una filosofía de vida, especialmente, hacia los jóvenes, que vale la pena tomar siempre en cuenta: “Mi recomendación es que utilicen bien el tiempo. No voy a ponerme como un viejo de mierda, lo que les digo es que no dejen de tomar un buen trago, no dejen de amar a una mujer o galán, no dejen de asistir a ningún partido de fútbol, no dejen de viajar, pero también, no dejen de conversar con la gente que ya vivió y ya estuvo, y no es porque ellos se estarían aprovechando  de ustedes, sino que quieren que ustedes se aprovechen de ellos”. Eso es lo él hubiera querido y es lo que le adeudaremos.