Navidad: época de encuentro, pero sobre todo, de consumismo
A la Navidad, como tradición cristiana, se la espera a lo largo del año para celebrar el nacimiento de Jesús en Belén. Es la ocasión ideal para que las personas que la festejan se reúnan con sus familias, amigos y compañeros de trabajo. Parecería que en esta época la gente estuviera anestesiada y todo fuera amor, paz y comprensión.
Las luces navideñas saturan las fachadas de los hogares, los villancicos se escuchan en cada rincón de las ciudades, el incienso se convierte en el perfume de las urbes y casi todas las personas se transforman, inocentemente, en amigos secretos. Sin embargo, si algo caracteriza a esta fecha es el rol que cumple el mercado y el consumo, pues, lejos de ser un festejo cristiano, se ha convertido en la mejor oportunidad para que todos desenfunden sus bolsillos en regalos suntuarios y alcancen un nivel de gasto que asustaría hasta al propio Papá Noel.
Lejos de cualquier valor positivo que pueda surgir en esta época, lo que impera, evidentemente, es la idea de comprar más y más. Pero este síntoma no solo es de ahora, por ejemplo, los segmentos de crédito que mayor crecimiento presentaron en estos últimos 6 años en el Ecuador son los de consumo y microcrédito.
Ambos alcanzaron tasas de crecimiento promedio anual de 19,77% y 18,27%, respectivamente. En valores, la cartera de consumo pasó de 2.260 millones de dólares a 5.968 millones entre 2007 y 2012, esto representa una expansión del 164,1%. En consonancia con esta evolución, estuvo el crecimiento en el consumo de los hogares residentes que, según las Cuentas Nacionales presentadas por el Banco Central del Ecuador, entre 2007 y 2012 se incrementó un 54,64%, al pasar de 37.991 millones de dólares a 51.343.
Independientemente de hacia dónde esté dirigido el consumo, pues este puede ser para la adquisición de bienes y servicios de primera necesidad, lo importante es generar una conciencia de lo que provocan estas fechas (donde se incluyen también los cumpleaños, aniversarios, santos, bautizos, comuniones, días del amor, del amigo, del niño, etc., etc., etc.) y de cómo el mercado saca su mejor provecho para hacer de esos días, sus propias celebraciones. Ahora que se aproxima Navidad y Fin de Año, vale la pena preguntarse: ¿a quién mismo estamos festejando?