Editorial
La cercanía de lo lejano
Aunque parezca paradójico, la construcción de la identidad de un ser humano, de una comunidad, sobre todo, se basa en la comparación, en el contraste con el otro. Somos en función de lo que no somos. O mejor dicho, no somos el otro, ergo, somos.
Parece extraña esta reflexión en estos días en que el mundo, supuestamente, parece una aldea global donde todos, de una manera u otra, logramos entendernos, encontrar puntos en común y acercarnos. Sin embargo, la riqueza del otro, de lo foráneo y los matices que nos hacen únicos dentro de nuestras respectivas culturas y sociedades están por ser descubiertos. Si bien aún utilizamos criterios propios para definir a las otras culturas, es importante conocerlas desde dentro, desde sus perspectivas estéticas, desde sus propios conceptos y apreciaciones, así, el ejercicio que un momento se presenta como una traducción, en un primer instante, deviene en verdadero conocimiento del otro.
Culturas de lugares remotos —para aquellos seremos nosotros los exóticos, los ‘remotos’— se vuelven cercanas hoy gracias a la masificación de los medios, la traducción de la literatura y la universalización de algunos códigos. Así, la cultura japonesa, que podría parecernos lejana, exótica, se ha acercado, e incluso sus conceptos más elaborados, sus ideas fundamentadas en siglos de tradición.
Pero ¿tanta diferencia existe entre los otros y nosotros? ¿Cuáles son, precisamente, estas?
Los conceptos, las referencias pueden ser distintos, pero todos abocados a la interpretación de las mismas nociones generales que la humanidad comparte.
La forma de nombrar los miedos y las esperanzas es distinta. La intención es la misma: definir, abarcar, poseer —de cierta forma— nuestro mundo, para controlarlo y no hallarnos solos en el universo como especie inteligente.
Las diferencias entre culturas son mínimas y, a la vez, abismales. Algo así como la división entre la luz y la oscuridad.
En esos intersticios, un espacio que queda entre ambos estadios, se da el conocimiento humano, el entendimiento de nosotros mismos como especie.