La veeduría ciudadana será fundamental para el Yasuní ITT
La decisión del Gobierno de abrir la frontera petrolera a los campos Tambococha, Tiputini e Ishpingo (ITT), ubicados en el área de influencia del Parque Nacional Yasuní, ha generado una avalancha de críticas y no todas están fundamentadas.
Lo importante, bajo esta nueva realidad, será profundizar el debate y la veeduría social sobre las potenciales consecuencias que podría acarrear la intervención humana sobre ese territorio.
De autorizar la Asamblea Nacional la explotación del 1 por 1.000 del Parque Nacional Yasuní (como rectificó el Presidente Rafael Correa), que comprende una extensión de 9.820 kilómetros cuadrados, se afectarían apenas 9,82 kilómetros con los trabajos de desarrollo y explotación del crudo del ITT.
Durante seis años, Ecuador agotó la propuesta para recibir un aporte económico de la comunidad internacional a cambio de dejar bajo tierra el crudo. Esto hubiera significado reducir la emisión de gases del efecto invernadero -en especial de CO2- causado por la explotación petrolera y que incide en el cambio climático.
Hasta julio de 2013, de los 3.600 millones de dólares que el Ecuador se propuso reunir -equivalentes al 50% del total de reservas de petróleo-, solo se consiguió el 3% en recursos concretos y 9% en comprometidos.
Hoy en día, la mayoría de las actividades que realiza el ser humano, así como los bienes que posee, implican un consumo de combustibles fósiles que son altamente contaminantes y no renovables. El aumento de la huella ecológica, que mide el consumo y los desperdicios de una determinada población en un territorio natural, es innegable. Asimismo, el cambio climático ya pasa factura a la humanidad desde que se intensificó la industrialización como medio “eficiente” de producción.
Por donde se mire, la presencia humana en sectores ecológicos con vocación productiva genera algún grado de alteración en ese entorno. Sin embargo, las posibilidades de un uso responsable y racional tampoco son imposibles. Los recursos naturales, con un manejo adecuado y el seguimiento responsable de la ciudadanía, son el medio para propiciar el desarrollo nacional.