Por años varias empresas que tenían fábricas en el Ecuador cerraron y decidieron trasladarse a Colombia, pero un nuevo fenómeno está ocurriendo a raíz de la decisión del Gobierno de impulsar una transformación de la matriz productiva y fomentar la producción industrial para sustituir importaciones: empresarios colombianos están descubriendo ventajas en iniciar operaciones en el país.

En nuestro vecino están sorprendidos  por el avance en infraestructura, salud y educación que experimenta el Ecuador, al punto de que una revista colombiana calificó como “milagro ecuatoriano” al proceso que miran con asombro. Pero eso no es todo, ahora los empresarios colombianos, especialmente los que se han visto perjudicados por la implementación de los tratados de libre comercio, se ven atraídos y han decidido trasladar parte de sus operaciones al sur.

El ejemplo más relevante es el de uno de los principales grupos industriales de Colombia, Chaidneme, dedicado (entre otras cosas) a la fabricación de autopartes para vehículos. Esa compañía, que ya trabajaba en el país, anunció hace unos días que está aumentado el trasladado de líneas de producción gracias a “facilidades” financieras, logísticas e incentivos tributarios, según uno de los directivos que critica la política industrial de su país y quiere aprovechar la de sus vecinos.

El sector automotriz de Colombia, en su componente nacional, se ha visto disminuido por la invasión de producción importada mientras en el Ecuador el Gobierno busca impulsar la reindustrialización de la economía nacional y reducir las importaciones. Pero el caso de Chaidneme no es el único, incluso pequeñas empresas colombianas envían regularmente emisarios para explorar la apertura de oficinas.

Todo esto mientras en el país, dirigentes de los gremios empresariales, en lugar de aprovechar el fomento de la industria nacional, cierran los ojos a las ventajas por motivos políticos. En Colombia los ojos están abiertos y están apuntando hacia el Ecuador.