La tarde del jueves el Canal Internacional, que separa a Ecuador y Perú, se desbordó. Más de 150 comerciantes que ofertan sus productos en el sitio tuvieron que moverse rápidamente para evitar pérdidas.

Las lluvias que han caído en las últimas horas en la provincia de El Oro dejaron grandes secuelas. La madrugada de ayer hubo varios derrumbes en la vía que conduce a la parte alta (Piñas, Zaruma y Portovelo), dejándola incomunicada por 5 horas.

Los carros que iban hacia esos cantones, así como los que circulaban con dirección a Machala, se quedaron parados en el sector de Saracay, sitio El Remolino, donde ocurrió un deslave de gran magnitud. Maquinaria del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) intervino en el despeje de la vía, habilitando un carril cerca de las 08:00. Al mediodía el camino estaba completamente habilitado, aunque con peligro de que ocurran nuevos aludes.

“Las vías que resultaron afectadas fueron las que conducen desde Paccha a Zaruma, en el cantón Atahualpa; desde Torata a Saracay, en el cantón Santa Rosa, y en el sitio Piñas Grande, en el cantón Piñas”, indica un comunicado del ECU911 Machala.

En esta última población, dos casas fueron afectadas por un alud. Puertas y ventanas quedaron destruidas por el deslizamiento de toneladas de lodo y piedras. “Sentimos un gran remezón que nos levantó a esa hora de la madrugada (01:00). Cuando salimos vimos que parte de la montaña se vino abajo”, dijo Julio Dávila, perjudicado. El alcalde de Piñas, Jaime Granda, dispuso que la maquinaria despeje el lodo y fango. El agente

Ronald Fierro, de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), recomienda a los conductores de vehículos livianos y pesados circular con precaución, de manera especial en los lugares vulnerables a deslizamientos.

Quienes deseen ingresar desde Paccha a Zaruma pueden hacerlo por el sector El Portete, en Piñas Grande. Allí están habilitadas las vías por los sectores Juan Pablo Segundo y la Urna de San José.

Mientras tanto, en la Torata–Saracay los agentes sugieren conducir con precaución por los restos de maleza y tierra que dejó a su paso la lluvia. (I)