"Se reivindicó la importancia del campesino para el país"
El sector agrícola y ganadero del país ha jugado un papel fundamental en el abastecimiento de alimentos durante la emergencia por la pandemia de coronavirus (covid-19), especialmente en las grandes ciudades como Guayaquil o Quito.
Los agricultores aseguran que en términos de niveles de producción, el 2020 ha sido un buen año e incluso algunos sectores, como el platanero, han tenido demanda tan grande que su producto se viene cotizando al alza.
Luis Góngora, presidente de la Federación Nacional de Productores de Plátano del Ecuador (Fenaprope), explicó que el abastecimiento del producto para el interior del país sí está asegurado y que es el plátano de exportación el que está empezando a escasear.
Expresó que si bien al inicio de la emergencia tuvieron problemas para movilizar sus mercaderías por el tema de los salvoconductos, el Gobierno atendió el inconveniente rápidamente y facilitó el tránsito de las exportaciones hacia los puertos.
Además, el gran volumen de producción hizo necesario la contratación de más mano de obra, lo que ha favorecido a los campesinos que han tenido ingresos constantes.
Góngora resaltó que la buena cosecha de este año también les permitió donar 500 toneladas de plátano en diferentes lugares del país para que se entreguen a las personas afectadas económicamente por la pandemia.
El dirigente se refirió a las necesidades más urgentes del sector. Dijo que una de ellas es la creación de canales de riego para plátano, pues “contamos con apenas el 1%, en comparación con el sector bananero que tiene casi 100%”.
Además, instó a que se abran canales de crédito a través de BanEcuador, para que los productores puedan reactivar y tecnificar sus plantaciones.
Abuso por el desconocimiento
Los inconvenientes para la transportación de los productos agropecuarios hacia las ciudades fue uno de los grandes obstáculos que se tuvo que sortear durante los primeros días de la emergencia, aseguró Manuel Gonzaga, presidente de Pueblo Montuvio del Ecuador.
Denunció que durante los primeros días de la cuarentena, los pequeños productores sufrieron hostigamiento por parte de las autoridades de seguridad (Policía, Fuerzas Armadas), que solo permitían el paso de las grandes cadenas y productores.
“Tuvieron que pasar días y quejarnos para que finalmente decidan quitar el salvoconducto para el transporte de alimentos; lamentablemente, en el campo la información no llega a todos y se aprovecharon de eso. Hubo denuncias de que pedían coimas para permitir el paso”, aseguró.
Ferias de trueque
A pesar de los inconvenientes, destacó que el sector materializó proyectos positivos en beneficio de los consumidores finales, como la creación de ferias de trueque que permitían a los agricultores y ganaderos proveerse de recursos escasos en sus sectores a cambio de sus productos.
“Llegamos a Pichincha, Guayas, El Oro con camiones con nuestros productos. Venía un productor avícola y cambiaba 100 pollos por productos que faltaban en su zona. El agricultor volvía con los pollos y los vendía a precio de productor; así las comunidades se mantenían abastecidas”, explicó.
Richard Intriago, dirigente de la Federación de Centros Agrícolas y Organizaciones Campesinas del Litoral (Fecaol), detalló que los trueques también permitieron reducir la especulación que se vivió durante los primeros días de la pandemia.
Advirtió que cuando llegaron con sus ferias de trueque y venta a precio de productor, los comerciantes se vieron obligados a bajar precios para poder competir y que esa misma semana, los precios en el mercado mayorista fueron regulados.
“En Guayaquil, la libra de papa costaba $ 1, nosotros la pusimos a $ 0,30; en Quito, el racimo de plátano a $ 12, nosotros lo vendemos en $ 4.
El objetivo es eliminar al intermediario y así tanto el productor como el cliente final se benefician de un mejor precio. Tener la capacidad de evitar la especulación en estos momentos de emergencia, reivindicó la importancia del campesino para el país”, concluyó. (I)