Cantones de Tungurahua se unen para reciclar desechos
Clasificación de basura, elaboración de compost (abono orgánico) y manejo de un relleno sanitario son las tareas que cumplen la Empresa Municipal Mancomunada de Aseo de los cantones Pelileo y Patate (Emmait).
Ubicado en el sector El Derrumbo de la primera de esas urbes, el Centro de Gestión de Residuos Sólidos recepta diariamente 42 toneladas de materia orgánica, papel y cartón, vidrio, plásticos y latas.
“Ese es el total que la Emmait recoge a diario en ambos cantones, a través de recolección; no obstante, cuatro toneladas adicionales ingresan al Centro de forma particular”, explicó César Freire, gerente de la empresa.
Esta última parte se refiere a los residuos que ciertos negocios y familias de Pelileo y Patate llevan al lugar de forma voluntaria.
Del total de basura que recepta la Emmait, el 75% se destina al relleno sanitario previo tratamiento especial.
“Consiste en separar materias no reutilizables, como papel mojado y ciertos tipos de plástico. A este conjunto de elementos se los compacta en grandes pacas (balas) y se lo denomina desecho”, agregó Freire.
Las balas son apiladas en una quebrada, la cual fue calificada en 2010, cuando la empresa entró en funcionamiento, juntamente con capas gruesas de tierra.
Con este sistema, según Freire, se consigue optimizar la vida útil del relleno sanitario, mismo que estaría apto para receptar desechos por al menos tres años más.
Reciclaje y compost
El restante 25% de los residuos que llegan al Centro se destina al reciclaje y a la elaboración de compostaje, previa separación de materiales.
Esto se hace con herramientas y maquinaria especial. Una de ellas es la banda de clasificación; una plataforma sobre la cual pasan los desperdicios y el personal de la empresa los separa.
Allí se selecciona lo orgánico, que luego se envía a un polígono contiguo donde se elabora abono. “Este mejorador de suelo es el más beneficioso pues se lo hace con restos vegetales ricos en sales y minerales”, señaló Francisco Núñez, agrónomo.
Semanalmente, tres toneladas de basura se convierten en abono orgánico y un importante porcentaje de residuos son vendidos a empresas de reciclaje.
“El 80% de la venta de materias reutilizables es destinado al pago de sueldos de los seis obreros que laboran aquí”, concluyó Freire. (I)