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El Telégrafo
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De enero a septiembre de 2017 han fallecido 1.601 personas en diversos percances en las vías

Los accidentes de tránsito dejan 177 muertos por mes en Ecuador y choferes ‘condenados’

Los accidentes de tránsito dejan 177 muertos por mes en Ecuador y choferes ‘condenados’
Foto: Archivo / EL TELÉGRAFO
01 de noviembre de 2017 - 00:00 - Unidad de Investigación Medios Públicos

La vida de Marlene Vélez cambió por completo el sábado 5 de abril del 2014. Cuenta que desde ese fatal  día ya no es la misma: le da miedo viajar por las carreteras. Su tragedia es la misma que experimentan las personas que han perdido a sus seres queridos en accidentes de tránsito.

Aquel día Marlene, su esposo y sus padres planificaron viajar fuera de Quito, pero al llegar a Tambillo, al sur de la capital, un pesado vehículo se les fue encima.

“Todo fue rápido, en cuestión de segundos. Recuerdo que los cuatro quedamos atrapados. Una doctora que pasaba por el sector nos ayudó y nos dio los primeros auxilios. Lamentablemente, a los 20 minutos mi madre dejó de existir”.

Su desgracia fue por partida doble, pues su padre falleció 15 días después. “No soportó la pena de haberse quedado viudo y murió”.

Manifiesta que desde esa fecha vive traumada, le resulta difícil conciliar el sueño y tiene miedo viajar, pues “creo que algún carro se nos viene encima”.

Por eso hace un llamado para ser más estrictos a la hora de otorgar una licencia profesional a quien maneja un vehículo pesado y especialmente de servicio público.

La otra cara de la medalla

Desde la otra orilla, de los choferes que han estado involucrados en percances de tránsito, se vive también un verdadero drama humano.

Un conductor de la cooperativa Mejía, quien pidió la reserva de su identidad, asegura que lo peor que le puede suceder a un chofer es verse involucrado en un accidente de tránsito y más cuando por el miedo se da a la fuga y pasa a la clandestinidad, como fue su caso.

“Es bien duro, horrible, no hay cómo describir lo que se siente. Uno pasa solo encerrado en casa de algún familiar, se siente como si fuera un delincuente, sufre uno y la familia, es horrible”.

Asegura que llegó a tener una especie de delirio de persecución: las pocas veces que se animó a salir a la calle, cuando veía un patrullero, le daba ganas de salir corriendo.

Otro conductor, quien también pidió la reserva, dice que la familia sufre peor cuando pasan a ser encubiertos. “Mi esposa y mis hijos me llamaban desde un teléfono de una cabina, siempre con el miedo de que los estaban siguiendo”.

Gonzalo Granada, conductor de un bus de servicio público interparroquial, narra que estuvo varios meses en la cárcel por ser declarado responsable de un accidente.

“Eso no le deseo ni a mi peor enemigo. Imagínese estar en la cárcel, compartiendo la celda con todo tipo de delincuentes, asesinos, violadores. La familia también sufre y más, ya que al ser uno el sustento del hogar, se quedan sin el ingreso diario que ganamos como choferes. Uno realmente la pasa mal y cuando sale libre es como volver a nacer, saborear la libertad es único”, asegura.

Granada dijo que en la cárcel se vive otro mundo, algo que es imposible explicar. Sostuvo que en el sistema penitenciario de antes, el hacinamiento carcelario era tal, que a veces los detenidos dormían en el suelo. Esa dura realidad impactaba también a sus familias, ya que salían desalentados y hasta llorando al ver las condiciones en las que cumplía su condena.

Según Granada, otra cosa que no sabe la ciudadanía es lo relacionado con los gastos de la defensa que hacen los propios choferes o sus allegados: las cooperativas de transporte a la que pertenecen o los dueños de las unidades no los ayudan.

Dijo que hay abogados que cobran ingentes sumas de dinero y eso les obliga a muchos compañeros a endeudarse, llegando incluso a hipotecar bienes como una vivienda.

Tras la experiencia vivida, Granada pidió a sus colegas: “Respeten la Ley de Tránsito”. La idea es que en las cooperativas, especialmente de transporte interprovincial, capaciten a los conductores, con el fin de frenar los accidentes que, de enero a septiembre de 2017, han dejado 1.601 muertos en el país, es decir, 177,8 cada mes. (ver infografía). (I)

*Haga click en la imagen para ampliarla

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ANT pone énfasis en exigir que se respete la ley

Pablo Calle, director ejecutivo de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), dice que la Ley de Tránsito no se cumple a cabalidad en el Ecuador.

Añade que de las cifras que presenta cada año el país de accidentes de tránsito se deduce que el 40% se deben especialmente al descuido (distracción-desatención) del conductor. “Eso demuestra que los accidentes son prevenibles”.

Para bajar el alto número de percances de tránsito, con su secuela de muertos y heridos, Calle dice que en lo relacionado con las cooperativas de transporte se está dialogando con todas ellas, con el fin de hacer énfasis en el respeto a las normas de tránsito y educación en el tema con los conductores.

“Nosotros esperamos que en el año 2018 la seguridad vial forme parte de la malla curricular estudiantil. Es clave la educación y capacitación”.

Sobre el irrespeto a la Ley de Tránsito, dirigentes transportistas que pidieron la reserva indicaron que no solo ellos son los infractores, pues según las estadísticas, los que más provocan percances con su secuela de muertos y heridos son los llamados conductores particulares.

“Nosotros somos también testigos de los percances que se dan en las vías, de manera especial en feriados, muchos de estos son ocasionados por conductores particulares ebrios”, destacó uno de ellos.

Calle aclara que en los feriados siempre se realiza un control riguroso del tránsito en las vías del país, pero de manera especial en los sitios de mayor concurrencia. Gracias a eso -dice-  han logrado controlar en algo los accidentes.

Marlene Vélez, quien perdió a sus padres en un percance, es partidaria de practicar incluso un examen sicológico a quienes buscan obtener licencia profesional de conducir, tomando en cuenta que está en juego la vida de personas.

“Debe haber mayor control a la hora de otorgar licencias, pues solo así se evitará que mucha gente pierda la vida en las vías”, aconseja Vélez, mientras hace esfuerzos para no llorar. (I)

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En viajes largos no se dispone de dos conductores

Marcelo Chili, dirigente de la cooperativa de transporte Mejía, y Rubén Taipe, titular  de la cooperativa San Cristóbal, aseguran que en el caso de los accidentes en donde están involucrados choferes de buses interprovinciales, el cansancio del conductor es la principal causa.

Coinciden en decir que, lamentablemente, no se cumple con la norma en lo referente a la disposición de que en los viajes largos estén dos choferes y un ayudante. “En los feriados es peor, los pasajeros también presionan para que vayamos rápido y como no medimos peligros, se dan los accidentes”, señala Taipe.

Insisten en que una forma de evitar las desgracias en las vías es el compromiso de las cooperativas de cumplir que en cada viaje que toma muchas horas estén dos conductores y que estos tengan intervalos de descanso luego de cada viaje.

Igualmente son partidarios de la revisión mecánica de los vehículos, pues a veces se les pasa esto por alto a los dueños de las unidades y a dirigentes de las cooperativas de transporte, lo cual se convierte en otro factor que genera los accidentes.

Pero hay otra cosa importante y es el estado de las vías: no todas están expeditas. Taipe va más allá y dice que, a veces, los choferes también pecan de un exceso de confianza y no pueden reaccionar cuando, por ejemplo, se topan con grandes baches o curvas peligrosas.

El dueño de un bus interprovincial quien pidió no ser citado, cree que es difícil cumplir lo que señala la Ley de que en cada viaje de más de seis horas estén dos personas al volante y un ayudante.

“No siempre viajamos con las unidades al máximo de su capacidad de pasajeros. Eso solo se da en los feriados, por eso no es rentable contratar a cinco personas. Por lo general a los choferes les hacemos trabajar pasando un día, pero no siempre esto se da en todas las cooperativas, cada una de ellas tiene sus reglas”, justifica.

Gonzalo Granada, conductor que estuvo preso tras un accidente, hace un llamado a sus colegas a “respetar la ley, para salvar vidas y evitar malos momentos para uno y la familia”. (I)

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