¿Cómo evalúa el proceso de reconstrucción que se lleva a cabo en Manabí y Esmeraldas?

Se ha avanzado mucho, y falta mucho por hacer. Desde el principio, el Comité de Reconstrucción ha trabajado en vivienda, salud, educación, vías, agua y saneamiento. La asignación asciende a $ 1.500.

Estamos haciendo 22 proyectos de reasentamiento, que tendrán más de 8.600 viviendas. Son 13 en Manabí, con 5.560 casas; 6 proyectos en Esmeraldas, con 2.572 viviendas; uno en Los Ríos, con 230 casas; y dos en Santo Domingo, con 240 casas. Asimismo, seguimos avanzando, entendiendo las necesidades de las personas. Esto es de corte social más que de infraestructura. La circulación está casi normalizada en la provincia.

Además, la reactivación económica se evidencia; el SRI registra que 8.400 nuevos negocios se crearon a raíz del 16 de abril y esto es gracias a los incentivos que da el Gobierno. Son cerca de 4.600 operaciones, con alrededor de $ 52,7 millones en créditos aprobados.

Tuvimos la información de que se perdieron más de 23.000 empleos directos, una cifra impactante, pero actualmente ya hemos creado más de 26.000 empleos directos, lo que nos deja ver una señal de reactivación, pero esto no quiere decir que las cosas son perfectas.

El terremoto causó el desplazamiento de personas a otras provincias, ¿esta situación se está revirtiendo?

Después de que muchas personas dejaron sus casas, se habilitaron bonos de acogida o alquiler. Entonces hubo importantes migraciones. Cerca de 4.000 personas se fueron de Pedernales, sin embargo, la buena noticia es que las personas que quieren emprender están volviendo.

Las personas han empezado a regresar. Hay quienes todavía no vuelven por temor a nuevas réplicas (como la sucedida ayer).

Menos de 8.000 personas hay en los albergues. En principio eran 10.000, pero el número se redujo por los bonos. Con la reactivación productiva, la gente está volviendo a su tierra.

Hubo diversos daños en la infraestructura de educación, ¿cómo avanza la reconstrucción en esta área?

Cerca de 120.000 niños tuvieron  alguna limitación para ingresar a clases. El Ministerio de Educación reubicó a cerca de 65.000 niños en escuelas aledañas. Además, con la construcción de 26 escuelas provisionales, que trabajan en doble jornada, permitió tener la ocupación de 2.400 niños por plantel.

Esto permitió que el 4 de julio todos volvieran a clases. Serán 157 unidades educativas del siglo XXI. Una de las empresas que ensambla las escuelas ya está montando su fábrica en Rocafuerte, lo que, además, generará trabajo a los manabitas.

Tras los daños estructurales a causa del terremoto, ¿se harán revisiones en las normas técnicas de construcción?

Las normas técnicas siempre deben ser revisadas y, muchas veces, endurecidas. La normativa es a nivel nacional. La Secretaría de Gestión realiza los estudios, luego  pasan al Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda para crear política pública, luego se aterriza en ordenanzas municipales.

Con todos los aportes que se puedan hacer y las personas no cumplan con los requerimientos, también hay sanciones para quienes no construyan de acuerdo a estas normas. Son 671 vidas perdidas, ojalá después de esta experiencia no tengamos que lamentar otras.

¿Se plantea alguna reforma legal al Cootad?

No se descartan las actualizaciones jurídicas, este trabajo nos concierne a todos. No es un monólogo del Gobierno Nacional, sino que los alcaldes también participan activamente. Se trabaja en ordenanzas y, si es necesario, se cambiará el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad). Después de una experiencia así se debe aprender mucho. Bahía de Caráquez no aprendió mucho del terremoto del 98. (I)

ESCUCHE LA ENTREVISTA CON CARLOS BERNAL, Secretario para la Reconstrucción y Reactivación