Una inédita radiografía a las áreas turísticas de Galápagos
La emergencia global por la pandemia del covid-19, dio una oportunidad única a los profesionales que estudian y monitorean de forma permanente las Islas Galápagos.
Cerca de 60 años después de que se iniciara su actividad turística, los puertos y aeropuertos permanecen cerrados. No solo eso, los colonos también limitaron sus actividades al mínimo.
En este marco, el Parque Nacional Galápagos, con la Universidad San Francisco de Quito y su Instituto de Ecología Aplicada, el Galápagos Science Center y la Fundación Charles Darwin, levantarán información sobre el estado de los sitios de visita.
La Academia involucrada
A decir de Susana Cárdenas Díaz, profesora e investigadora de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y codirectora del Instituto de Ecología Aplicada de la USFQ, este momento particular brinda una gran oportunidad para un estudio a profundidad.
La pregunta a responder es: ¿Qué pasa en estos sitios, que por más de medio siglo tuvieron turismo, ahora que -de pronto- los visitantes dejaron de llegar?
“Con una para de ocho semanas, queremos saber cómo están respondiendo las especies, si se evidencian cambios en su comportamiento o en su distribución espacial”, cuenta Cárdenas.
Dentro del trabajo permanente que se realiza, no se cuenta con datos contundentes o concluyentes, que muestren que el número de visitantes tenga un impacto directo negativo en las especies de los sitios visitados.
Esto responde también, en parte a que no se tenían datos “base” para realizar las comparaciones.
Responsabilidad de autoridades
Este monitoreo va a permitir levantar información en 33 sitios de visita: terrestres y marinos, explica Danny Rueda, director del Parque Nacional Galápagos.
Los datos recolectados serán físicos, biológicos y de manejo para conocer aspectos como calidad de agua, degradación de senderos, cobertura vegetal, abundancia de especies emblemáticas, estado de la infraestructura, entre otros.
Los primeros lugares de estudio son los ubicados cerca de sitios poblados. Sus resultados estarán listos y a disposición del público en general, la primera semana de junio.
“Estos análisis en áreas protegidas son una de las herramientas más importantes que tenemos para la toma de decisiones”, dice el directivo.
Si dado el caso es necesario tomar correcciones, se puede trabajar de manera focalizada e inmediata, asegura Rueda. (I)