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El Telégrafo
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Eliminar los reinados es una forma de dignificar a la mujer

Eliminar los reinados es una forma de dignificar a la mujer
Foto: Silvia Osorio / EL TELÉGRAFO
28 de junio de 2019 - 00:00 - Redacción Ecuador Regional

“No tengo nada en contra de la belleza, ni masculina ni femenina”, aclara enfáticamente Ángela Tipán, dirigente latacungueña, que marcó un hito en el contexto local y nacional. Con sustentados argumentos, logró abolir un tradicional concurso de belleza local y lo reemplazó con una feria de emprendimientos.

Los padres de esta economista de 32 años fueron parte de la resistencia indígena, miembros de los primeros levantamientos de los pueblos nativos de Ecuador en la década de los 90.

Estas vivencias son fundamentales para forjar en ella un carácter fuerte, como la gente se lo hace notar todo el tiempo, su liderazgo es natural.

Desde temprana edad ha sido organizadora social, presidenta de la asociación de vecinos de la ciudadela Los Arupos y dirigente de Catequesis, en la iglesia Católica.

Hace siete años se realizó la primera elección de reina de la parroquia eclesiástica San Felipe; en aquel entonces la ciudadela en la que vive Tipán no tenía intenciones de participar en ese evento debido a que esos concursos solo destacan el aspecto físico de las chicas.

Sin embargo, recuerda que los convencieron asegurándoles que se tomarían en cuenta además de la belleza física aspectos como el desenvolvimiento, la inteligencia y la personalidad.

“Nosotros como ciudadela participamos con una chica brillante, muy inteligente, pero al momento de la elección, tomaron en cuenta el vestido, el maquillaje y nos sentimos defraudados”, reprocha.

El liderazgo de Ángela Tipán la llevó a ser la presidenta del Comité de Fiestas de la Parroquia, la elección de la reina se efectuó con normalidad, pero, “tras bastidores”, vio una realidad triste, devastadora. “Algunas chicas embalaban sus cuerpos para entrar en los vestidos, sus familias de escasos recursos se endeudaban para comprar maquillaje, zapatos y otros accesorios”, insiste.

Esto la llevó a analizar que si dentro de concursos “de pueblo” pequeños, se producen estos cuadros de excesos, los concursos grandes a nivel de provincias o países llevan a las jóvenes a arriesgar sus vidas en quirófanos para cambiar su apariencia o con dietas extremas para adelgazar.

Todo para obedecer al canon de belleza: alta, blanca, rubia, ojos verdes, patrón que dista con la belleza de nuestra gente.

Estas experiencias se juntaron en la mente de Tipán y acompañada de un grupo de eclesiásticos que trabajaban con ella se plantearon la idea de suspender el reinado.

En aquel entonces era irse contra todo, contra tradiciones enraizadas en lo más profundo de la sociedad, sin embargo ganaron y desde 2017 se suspendió el reinado.

“Hay que perder el miedo”, recomienda, mientras reconoce que pese a que un buen número de la población se opone a estos concursos que desvalorizan a la mujer, aún se realizan en todos los rincones del país.

Ángela Tipán cuestiona que pese a los actos de femicidio que ocurren en Latacunga, las autoridades no tomen cartas en el asunto.

“Suspender un concurso de belleza no detendrá un femicidio, sin embargo, pueden ser actos solidarios, actos que marquen precedentes”, comenta, refiriéndose a lo ocurrido en Latacunga la tarde del sábado 30 de marzo del 2019, cuando el cuerpo de Yesenia Estefanía Reinoso fue encontrado sin vida en el barrio San Marcos (Juan Montalvo).

Pese a la crueldad de la noticia, la elección de la reina de la provincia se desarrolló con total normalidad la noche de ese sábado; no hubo un minuto de silencio, no hubo pronunciamiento oficial.

Esto, pese a que la viceprefecta de Cotopaxi, Silvia Bravo, es un exponente de la lucha por la equidad de género y los derechos de las mujeres.

“Las personas que lideran tienen miedo de tomar decisiones drásticas. En estos espacios de poder debes elegir si quieres quedar bien con la gente o quieres verdaderamente hacer cambios (...) la mayoría se queda en su sitio de confort”, cuestiona.

Pese a ello, aplaude el hecho de que el barrio Brazales, de la parroquia Eloy Alfaro, en Latacunga, también haya optado por suspender el certamen de belleza y destinar estos fondos a realizar mejoras en el barrio.

Tipán se muestra receptiva a todos aquellos dirigentes que deseen sumarse a este esfuerzo por dignificar a la mujer y que requieran asesoría.

La joven economista se sorprendió por la acogida nacional que tuvo la noticia de la suspensión del concurso de belleza en su parroquia.

Considera que hay una evolución positiva en la sociedad ecuatoriana porque los comentarios machistas fueron nulos o ignorados dentro de las publicaciones de la noticia que por primera vez salió en EL TELÉGRAFO y luego fue replicada por otros medios del país, incluso del extranjero.

 Ángela Tipán continuará luchando desde su realidad para que la mujer sea valorada por sus capacidades intelectuales, por sus atributos espirituales y no por su rostro o forma de cuerpo.

Patrones que, según ella, solo provocan problemas de autoestima, de salud (anorexia, bulimia) y sociocontextuales como el bullying. (I)

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