Con cánticos velan a hinchas barcelonistas; familiares exigen justicia
Jennifer Tipán y Alexander Cauja compartían su vida y la pasión por Barcelona. Ambos, de 19 y 17 años, respectivamente, viajaron de Guayaquil a Cuenca para ir a ver jugar a su equipo y fallecieron en el viaje de retorno, al igual que otras 10 personas que iban en el bus disco 42 de la cooperativa de transporte "Señor de los Milagros".
La pareja vivía desde abril en la ciudadela Bellavista, en el norte de la ciudad. En el cuarto donde dormían tenían una bandera amarilla con el escudo del "Ídolo", la cual ahora tapa parte del ataúd de Alexander. En el velorio se reproduce una y otra vez el mismo CD, con las barras que los chicos gritaban con sus amigos de "Los Vagos de la 9", una columna de la "Sur Oscura", en las gradas del estadio Monumental.
A Jennifer la velan en la casa donde vivía antes con sus padres, en las calles 14 y Portete. Su padre, Marcelo Tipán, comenta que ella heredó de él la pasión por Barcelona. "Desde chiquita me pedía que le comprara camisetas, gorras, banderas con el escudo y colores del equipo".
El progenitor contó que luego de la noticia del accidente y al no saber ni de ella ni del esposo, viajó a Cuenca para averiguar si estaba entre las víctimas. Pasó por los hospitales en el camino y también al llegar a Cuenca, pero en ninguna lista aparecía el nombre de su hija, ni yerno. Acudió a la morgue, dio las características, lo hicieron pasar y la reconoció.
En el barrio San José, en las calles 22 y Huancavilca, en el suburbio, continúan colgadas banderas gigantes de Barcelona. En la esquina velan el cuerpo de Cristian Jair Laina Macías, de 17 años. Su hermano Luis (22), más conocido como "Wicho", también iba en el bus y ya fue dado de alta. Esta mañana estaba en casa, pero no salió.
Félix Laina, padre de los muchachos, cuenta que "Wicho" le dijo que en el camino de ida a Cuenca el bus ya presentó fallas, botó humo, pero el chofer lo apagó durante una hora, lo revisó y continuó. En el retorno las paradas fueron constantes. "Me dijo que pararon cinco veces y que para que el bus no se ruede le ponían piedras en las llantas. En las bajadas forzaba el motor con el sistema de cambios para que sirviera como frenos, pero en una pendiente bien pronunciada no pudo controlar el carro y se viró".
Félix contó que físicamente "Wicho" está bien, pero destrozado emocionalmente. "Mis dos hijos trabajaban y de lo que conseguían primero separaban para ir a ver a Barcelona, sea aquí o afuera de la ciudad".
A unos 100 metros de distancia, en el callejón Ayacucho, velan a Gregorio Salazar Alarcón, de 15 años. Omaira Alarcón, la mamá, estaba en Cuenca con su otro hijo Andy, de 15 años, quien continúa en cuidados intensivos. "Ella regresará porque el papá viajó para allá. Él no podía salir de la ciudad porque tiene un grillete en la pierna, pero llamó a pedir permiso por esta situación especial", indicó Rosario Bernabé, la abuela materna.
A dos cuadras, en cambio, lloraban a Javier Vélez, de 15 años, a quien le decían "Mou". Su padre, del mismo nombre, dijo que su hijo era infallable a los partidos. "Decía que era amarillo hasta la muerte, tan joven y decía esa palabra y mire lo que pasó".
El progenitor manifiesta que el sueño de su hijo era jugar en Barcelona, "pero se truncó por la irresponsabilidad de un chofer. Queremos justicia".
Javier revela que poco antes del accidente, su hijo menor, quien tiene capacidades especiales, le dijo con señas que su hermano se había ido y señaló el cielo. Luego lloró. "Yo le dije que no, que solo viajó a Cuenca a ver a Barcelona, pero poco después me enteré de que estaba muerto".
Todas las víctimas fueron identificadas. Los demás son: Miguel Ángel Lozano; Mary Vélez Jarrín; Janina Magallanes Reyes; Rocío Mendoza Zambrano; Ray Calderón Galarza; Marco Antonio García Valladares y José Ignacio Muji. (I)