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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Yuley Santana aún recuerda las horas de horror que vivió bajo los escombros

'Héroes de rojo' recibieron honores de sus jefes y de las personas a quienes rescataron

Los máximos jefes bomberiles colocaron medallas a sus hombres por el trabajo realizado después del terremoto que devastó a Manabí el 16 de abril.
Los máximos jefes bomberiles colocaron medallas a sus hombres por el trabajo realizado después del terremoto que devastó a Manabí el 16 de abril.
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Dos meses después del terremoto del 16 de abril, cerca de 20 personas rescatadas entre los escombros en  Manta volvieron a ver a parte de los bomberos que los socorrieron.

El reencuentro se dio en la plaza cívica Eloy Alfaro, durante un acto de reconocimiento público a los hombres de la casaca roja organizado por el Consejo de Administración y Disciplina  de la institución.

En un espacio especial donde predominaban los colores rojo y blanco estaban los sobrevivientes y familiares de personas fallecidas en el desastre. Ellos acudieron a la invitación de la institución bomberil que abrió con una misa campal a cargo de monseñor Lorenzo Voltolini. Sentadas en el lugar estaban Yuley Santana y Yadira Reyes, quienes fueron sacadas de edificaciones que colapsaron con el fuerte movimiento sísmico.

La primera de ellas estuvo  vestida de blanco y negro, y con un brillo en sus ojos por la emoción. Ella vino desde Guayaquil donde actualmente es acogida en un hogar, mientras su hija sigue en tratamiento para recuperarse.   

“Tenía muchas ocupaciones, mi pequeña está enferma y la otra es muy tierna. Además, mi madre está en silla de ruedas. Yo le dije al bombero Hernán  Ochoa y al resto que iba a hacer un esfuerzo para estar en la condecoración de ellos y sobre todo que es el segundo mes del fallecimiento de mis familiares (tres sobrinos y una hermana)”.  

Para la joven  han sido dolorosos todos los días. “Una recuerda todo lo que pasó, los momentos que se convivía con la familia, entonces ha sido muy doloroso, pero lo estamos tratando de sobrellevar por los que nos quedan, por mis hijas y mi madre” aseguró.    

Mientras suena la marcha para iniciar el evento de reconocimiento de los rescatistas, Yuley le pide a Dios fortaleza para soportar la situación. “Recuerdo todo lo sucedido ese 16 de abril. Mi mami tiene pesadillas, mi hija de 4 años tiene presente lo sucedido y lo cuenta como una película. Mi hija pequeña aún los llama –se refiere a familiares fallecidos-, no sabe lo que sucedió, porque ella pasó de la tragedia al hospital y luego a una clínica, un mes internada”.

Yuley no le puede explicar porque no es el momento. Además, la niña está en diferentes terapias y todavía pasará por otra cirugía de su brazo. “No sería  adecuado. Solo le dije que están en el cielo, pero ella los llama en tiempo presente”.

Aquella tragedia le arrancó a Yuley a su hermana Carol, a sus sobrinos Ahitana Ponce y Mathew, y María Santana, a su amiga Katty Mero con sus dos hijas Lía y Alejandra, quienes se encontraban en el edificio ubicado en la calle 8 y avenida 21, el cual colapsó con el movimiento sísmico.  

Yuley estará en Guayaquil el tiempo necesario hasta que se recupere su hija, para retornar luego a Manta. Ella hizo un reconocimiento público a los bomberos en su intervención porque “todos fueron parte de la ayuda para que nosotros estemos aquí, que mi hija esté con vida. Mi hija pasó un suplicio muy difícil aún no salimos de su situación… con ayuda de Dios vamos a salir adelante”.

Yadira Reyes estuvo en el evento una hora antes. Los bomberos de Manta y Quito la rescataron entre los restos del centro comercial Felipe Navarrete, 60 horas después del terremoto. Fue la última en salir con vida del lugar.

Acudió el jueves temprano. Miró a su alrededor y constató que no estaban ni Liber Pincay ni Katty Rezabala, quienes salieron minutos antes que ella del lugar en que quedaron atrapados. Del mismo modo, se percató de que de las sobrevivientes era la primera en arribar al lugar.  

Familiares de fallecidos la asediaron y preguntaban si cerca de ella estuvieron las víctimas. Ellos querían conocer ¿qué dijeron antes de morir? Su respuesta fue que todas quedaron distantes.

Cuando vio a los bomberos le dio alegría. “Yo hace muchos años pertenecí a los socorristas, me daba emoción. Ellos trabajan para ayudar a la comunidad. Yo en el puesto de ellos hubiera colaborado de la misma manera”. Esa experiencia y haber asistido a cursos de supervivencia le sirvieron cuando estuvo en los escombros.

“El jueves pensé que me gustaría ser bombera, es un gusto que a todos los chicos se les dé un reconocimiento, todos dejaron casas, familias y las personas voluntarias de la misma forma para rescatar, lo hacen porque les gusta”. A Yadira le agradaría que el coronel Sofonías Rezabala le diera una oportunidad para regresar “y  si lo hiciera por medio de un trabajo sería bueno”.

Durante las horas que estuvo atrapada alega que ¡Dios le extendió su mano para que no pereciera como muchas personas!

El día del terremoto, la joven,  madre de una niña de 5 años, estaba en percha en el área de papelería de la librería en la cual laboraba cuando empezó el movimiento telúrico. Corrió  hacia las cajas y horas después se dio cuenta de que estaba acostada boca arriba con trozos de  losa al frente. El edificio había caído y personas vivas estaban a su alrededor. “Mantuve la calma, trataba de no hablar con nadie, no lloré, me daba aire con el estuche de unos marcadores porque las manos las tenía libres”.

Un chico de nombre Fabián, que también había sido bombero, murió a su lado. “Al principio hablábamos, nos tocábamos las manos, luego se fue la energía eléctrica y fue todo oscuridad. Las personas estaban desesperadas, llamaban a sus familiares por celular”. La fe le permitió salir viva hasta que los bomberos llegaron y la sacaron luego de tres días y medio de haber estado entre los escombros. (I)

Ayer, la Corporación Financiera Nacional (CFN) entregó un crédito para la construcción de 84 viviendas. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo

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Uno de ellos se especializará en Chile

Los bomberos aún laboran en las demoliciones

La noche del jueves, autoridades y jefes bomberiles reconocieron el trabajo de 120 elementos de la entidad y de voluntarios. Fabricio Acosta es un miembro de la ‘casaca roja’ que rescató a tres personas. Se sintió contento de recibir los aplausos de los mantenses.

Sofonías Rezabala, jefe bomberil, resaltó la valentía de los miembros de la institución. “Seguimos trabajando, dando seguridad  en demolición y revisión de escombros”.

En los próximos días, un integrante de la entidad, mediante sorteo, se irá a Chile a un curso para especializarse en desastres naturales.

El coronel del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, Martín Cucalón, estuvo entre los asistentes. Recuerda que en la madrugada del 17 de abril ya estaban en Manta 30 de sus hombres ayudando en las labores de rescate. Después llegaron 200 más que se distribuyeron en la provincia. “Apenas arribaron a Manta rescataron de una casa a seis personas atrapadas; estuvimos en Manabí hasta el 21 de abril”.  

La asambleísta por el movimiento PAIS, Verónica Rodríguez  dio un mensaje en el que aseguró: “la vida debe continuar. Aunque el dolor y la tristeza persistan la página debe ser cambiada. Hay que levantarnos, progresar y caminar firmemente hacia ese mañana lleno de luz y esperanza. Un mañana lleno de trabajo y esfuerzo y así superar este trágico momento”. (I)

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