"La emergencia obliga a repensar en nuevas formas de turismo"
Aún no existen cifras sobre las pérdidas que ha sufrido el turismo durante el feriado de Semana Santa y la temporada vacacional del ciclo Costa, no obstante, quienes viven del flujo de visitantes sostienen que la emergencia sanitaria, debido a la pandemia del covid-19, ha dejado graves secuelas en sus economías.
Para Jorge Mori Pérez, representante de la agencia de desarrollo Turistiqueros, la situación obliga a pensar en otras formas de hacer turismo. En días pasados participó en un foro virtual para analizar la problemática; de allí se elaborará un documento con sugerencias para reactivar al sector.
¿Cómo surge la idea de formar estos paneles de conversación virtual?
Somos un grupo de consultores nacionales que trabajamos para algunos destinos en Ecuador, también somos activistas y gestores, entonces decidimos hacer estos paneles virtuales con diferentes mesas de trabajo que unen al sector privado y académico. Al final haremos una sistematización de las ideas para reactivar el turismo, luego de que se logre controlar el covid-19.
¿Qué ideas preliminares surgen de estos paneles, hacia dónde apunta la reactivación del turismo?
Somos parte de una agencia especializada en destinos turísticos en Ecuador; hemos trabajado en diferentes espacios en las cuatro regiones y como profesionales formamos una red. Entendemos que el turismo es multisectorial, directo e inducido, es decir, no solo el empleador es afectado, sino también el empleado y el consumidor. Es toda una cadena de valor que está golpeada.
¿Qué ocurre con el turismo extranjero?
Ese es solo un problema, pues cuando viene el turista en un crucero, por ejemplo, se genera, se dinamiza de inmediato la economía local, pero por tratarse de una pandemia a nivel global deja de venir el visitante. Ecuador capta turismo de Estados Unidos, y de Europa, principalmente, son mercados tradicionales que al estar paralizados se detiene toda una cadena en el corto y mediano plazo.
¿Qué corresponde hacer en este caso?
La búsqueda ahora será en el turismo interno, es decir, con los mismos ecuatorianos (que dicho sea también está afectado en su economía) que conozcan cosas nuevas del país; estamos entrando en una nueva era, como ocurrió en el tiempo de la II Guerra Mundial, donde hubo un corte abrupto; lo mismo sucedió en 1999 a raíz del feriado bancario, donde el turismo sufrió una notable reducción y, en menor escala, en 2009 por el tema de la gripe porcina. Esta pandemia marcará un antes y después en el comportamiento de las personas.
¿Cómo se puede fomentar el turismo interno, que también está afectado?
Estamos creando una metodología a través de grupos focales con expertos en diferentes áreas, para elaborar un documento que nos puede servir como hoja de ruta para reactivar el turismo en Ecuador, pero eso será con acciones a mediano y largo plazo y dependiendo del tiempo que dure la emergencia.
¿Existen al menos ideas en este momento, una vez que se logre controlar la pandemia?
Dentro del diagnóstico obviamente estamos conscientes de que habrá cambios abruptos en los hábitos de hacer turismo; el visitante cambiará su forma de vacacionar y sobre eso hay que adaptarse y saber comunicar, ya que persistirá el temor de hacer un turismo de masas, por eso nos enfocamos en crear productos turísticos nuevos e innovadores.
¿Qué productos pueden ser nuevos o innovadores?
Nos referimos a nuevo en la forma de hacer turismo, en destinos ya existen. Lo que ocurre es que son inexplotados o marginales, como el caso del turismo rural, comunitario y educativo. Ahora que tenemos este problema sanitario urge fomentar el turismo como una política de Estado, que genere ingresos, pues incluso se pueden combinar con otras actividades.
¿Cómo cuáles actividades, por ejemplo?
Un ejemplo de aquello es mirar al agro, combinar visitas a sitios donde se produce banano, camarón o cacao; podemos crear dos cosas: turismo de naturaleza y desarrollo agrícola. Esto ya se realiza en Costa Rica. Con esto el consumidor también cambia su forma de hacer turismo, que no solo es un sitio de concurrencia masiva como una playa. Esto es generar una nueva forma de hacer turismo, uno más educativo. Sería interesante llevar a nuestros hijos a conocer una finca de cacao o que conozca una comunidad indígena. Esto irá acompañado de capacitar a los comuneros. En fin, son propuestas que surgen de algo negativo, pero que nos ayudan a reaccionar y mirar el entorno de manera diferente.
Esto debe ir a la par de incluir y educar a las comunidades...
Por eso es importante esta resiliencia, para que estos consumidores tengan esa concienciación de hacer algo diferente a lo que tradicionalmente venían realizando. Dentro de poco tendremos listo un documento que será expuesto a las autoridades y ciudadanos, como una forma de apostar a la reactivación de este sector ya afectado y cuyas pérdidas aún no se pueden cuantificar. (I)