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El Telégrafo
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LOS AMIGOS DE jIMMY bAQUE LO SACARON DE LOS ESCOMBROS

El vendedor informal que sobrevivió al derrumbe del hotel Felipe Navarrete

Jimmy Baque, sobrteviviente del terremoto del 16 de abril de 2016 en las costas de Ecuador.
Jimmy Baque, sobrteviviente del terremoto del 16 de abril de 2016 en las costas de Ecuador.
Foto: Lylibeth Coloma / El Telégrafo
05 de mayo de 2016 - 00:00 - Redacción Actualidad

Al abrir los ojos sintió su cuerpo paralizado en medio de escombros y polvo mientras que la sangre caliente bañaba su rostro. Jimmy Baque no asimilaba aún lo que ocurría hasta que los gritos y gemidos de desesperación se oían tan lejanos y cercanos a la vez que entró en pánico.

Así empieza el relato de uno de los sobrevivientes del terremoto del 16 de abril. Él quedó atrapado entre los escombros del hotel y centro comercial Felipe Navarrete, en el que se contabilizaron 92 muertos y 31 rescatados. Tras el incidente, la víctima tiene la esperanza de reiniciar su vida, aunque sabe que esto tomará mucho tiempo, pues a pesar del panorama gris no desea abandonar su natal Manta.

Baque recuerda que ese día llegó a las 06:00 a laborar como artesano en una panadería, hasta las 15:00. Luego de cumplir con su jornada se dirigió en su pequeña moto al centro de Tarqui -frente al hotel-, donde mantiene un puesto en el que vende funditas de roscas. Esta actividad informal le ayuda al sustento de su hogar, pues a sus 26 años tiene una esposa e hijo que mantener.

“Ya iban a ser las 19:00 y aún tenía 6 fundas por vender -de las 50 que llevó-,  así que decidí ir al centro comercial porque ahí tengo clientes fijos”.

Nunca llegó a la vereda. El terremoto lo sorprendió en medio de la calle y un golpe en la cabeza lo desmayó. Cuando despertó solo sentía la sangre, polvo y oscuridad, hasta que sonó su celular. “Tenía una posición incómoda -con los brazos hacia atrás- que me permitió sacar mi celular del bolsillo de mi pantalón y contestar. Era mi compadre -Álvaro Chóez- le dije que estaba vivo, pero que tenía mucha sangre, entonces él inició mi búsqueda”.

De inmediato Chóez juntó a un grupo de amigos y familiares que iniciaron la búsqueda en medio de gritos con las luces de los celulares. Removieron los escombros sin ninguna otra herramienta más que sus manos. “Estuve a punto de desmayarme, pero recordar a mi hijo de 2 años me dio fuerzas para no dormir y pedir auxilio. También la llamada de mi madre me motivó. Ella estaba asustada, le dije que ya me estaban sacando del lugar”.

Simona Yoza, su madre, entró en desesperación y aunque todos le aseguraban que estaba bien, ella no confiaba en nadie. “Luego del terremoto llamé a todos mis hijos -son 6-. Cinco me contestaban el celular; a uno se le cayó la casa y estaba preocupada, pero me angustió más que mi ‘Chinito’ (seudónimo del joven) no respondía. Mi corazón me decía que algo estaba mal, así que entré en histeria, pero gracias a Dios él salió con vida”.

Luego de 2 horas y media sus amigos lograron sacarlo de los escombros y lo trasladaron en una camioneta al hospital más cercano, donde recibió los primeros auxilios.

Sin embargo, la aglomeración de heridos y la escasez de recursos médicos impidieron que tenga una buena atención, por lo que su esposa Jeniffer Moreno buscó a los dirigentes de la Gobernación del Guayas para pedir ayuda y solicitar el trasladado a Guayaquil. “A mi esposo y a mí nos trasladaron de inmediato en helicóptero hacia una clínica privada -por medio del IESS-, donde le suturaron nuevamente las heridas y le hicieron todos los estudios respectivos para que tenga una adecuada recuperación”.

Con 50 puntos en su cabeza y varios moretones en su cuerpo, Jimmy Baque agradece a Dios la nueva oportunidad de vida. Repite una y otra vez que tuvo mucha suerte.

“Espero levantarme pronto. Agradezco a la generosidad de todo el país que ha aportado para que nuestra ciudad se levante. Todos se han unido en esta desgracia, somos muchos los afectados y reconstruir nuestras vidas no será fácil por lo que este aporte ayuda muchísimo. Asimismo agradezco a la Gobernación que ha gestionado para que yo tenga una buena asistencia médica y nos ha entregado donativos para mi familia y mis padres”.

Baque actualmente se recupera en la casa de su primo en Villa España, en Guayaquil, donde el martes llegó Julio César Quiñónez, gobernador del Guayas, quien junto a su equipo de trabajo donó víveres, colchones, pañales y ropa para su esposa, hijo y padres que están atentos de su recuperación.

“Él es una de las tantas víctimas del terremoto de 7.8 grados de Manabí. Nosotros les hacemos una ficha a los damnificados y sobrevivientes, el fin de este método es agilitar las consultas médicas. Las víctimas en estos momentos tienen prioridad, la idea es ayudarlos a superar este proceso y que así se levanten y reconstruyan nuestros hermanos afectados”, contó Quinóñez. El funcionario aseguró que el Gobierno usará todos los recursos necesarios para atender a las víctimas y a los damnificados. (I)

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